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–Sally...– regañó Pía a su amiga para que fuera menos ruda con la rubia.

–Lo lamento– casi se gira dramáticamente y se va.

–No, ven... no tienes que irte, solo...– la pelirroja sonrió entendiendo sin que fuera necesario hablar más.

–No te vayas, sirena– la risa que salió de la garganta de la pelirroja la hizo reír a ella también.

–Sí, a ti ya te conozco– le dijo al moreno mientras lo señalaba– el tonto del parque.

El chico se hizo el ofendido, mas no habló mas, en cambio quien habló fue Valerie.

–Veo que estamos todos aquí, será una noche para recordar, lo sé bien– dijo mirando a Pía y a Daniel, estos últimos se sonrojaron–.Danmark– dijo mirando a su nieto– Ven aquí, con abuelita...

–Ve con abuelita– dijo Pía con una sonrisa, mas el bebe no quería apartarse de...

–No– dijo levantando las manos hacia Daniel.

Tomó a su hijo y ella solo pudo mirarla y disculparse con la mujer que solo soltó una pequeña carcajada y negó.

–Pía, no hemos tenido el placer– escuchó que le decían y mirando a la rubia sonrió–Ciara Scoln–se estrecharon las manos y el ambiente se cargo un poco de un no sé qué.

–Pía Torres– aquella presentación era tan impersonal que parecía como si ellas fueran a trabajar juntas en algún lugar y estaban compitiendo por algo, la presentación era simplemente por salir de paso, no porque quisieran. Al parecer.

Pía intentaba ser amistosa, pero era normal sentir que esa chica era una perra, era simplemente un patrón de conducta de todas las ex; es la que está ahora con su ex prometido, aunque él no le había dicho nada, ya lo sabía; podría ser Sally, y aun conociendo, la consideraría una zorra. No era nada fácil tratar con la que ahora recibía los besos y ese buen sexo.

¿El sexo con Daniel? Bueno había hablado de ese increíble sexo de Daniel, con Amir, pero no profundizo, joder que si era bueno. Él era el mejor. No había quejas, no podía ni compararlo, era loco, y salvaje, tierno y complaciente, una mezcla de dulce y picante

Se obligo a ser amable, pero a distancia, quería que ella supiera que no serian amigas por el simple hecho de que ella era la conquista de turno, no quería formar lazos con ella y tampoco que ella formara lazos con su hijo, no iba a permitir que ella...

¿Habrá estado ella con mi hijo?

El pensar que ellos dos estuvieran haciendo arrumacos con su hijo allí le molesto sobremanera, pero se calmó, se obligó a calmarse, si Daniel le reprochaba a ella, seguro que él no lo haría tampoco, si lo que quería evitar era esas escenas frente a su hijo el no las crearía.

El momento era tenso, horrible, así que Ferrys propuso entrar, Sally iba a su lado, iban tomadas de la mano mientras Daniel iba a su lado con el niño, los demás detrás. Las puertas decoradas con flores y una alfombra de un color rosa oscuro, negro y blanco les llamo la atención.

–Allí a dentro esta de loco– le susurró Sally.

Ella sonrió mientras pensaba que si todo estaba como aquella alfombra sicodélica no lo dudaba.

Acababan de poner un pie en la entrada cuando un hombre inmenso se les acerco.

–Bienvenidos, numero de mesa por favor– todos entregaron sus tiquetes y Sally levantó el brazo mostrándole la identificación que el mismo tenía en el brazo derecho.

Cliché y puntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora