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La caminata fue buena, la verdad es que no hablaron entre ellos y eso hizo que Pía se sintiera un poco relaja, claro que al parecer la tensión de días atrás volvía a sentirse sobre ellos con manera férrea y veloz.
Danmark corría y su cabello se movía, ellos dos iban a la par de regreso a casa, muy cerca de hecho, cuando vieron aquel todo terreno negro estacionado al frente de la casa.
Como si los esperara la puerta del frente se abrió y de allí salió un hombre de piernas largas y traje. Dion Blackstone.
Danm frenó y mirándolo se quedo allí, al parecer le sonrió al visitante que le miraba sorprendido, ya que este mostro sus dientes.
–Dion– escuchó a Daniel decir.
Escuchó otra puerta cerrarse y mientras los hombres se saludaban calurosamente, una curvilínea morena aprecio en su campo de visión, con tacones y un vestido hermoso. Marie. Le sonrió y antes de acercarse le propino un golpe a su prometido.
–Hola, Pía– dijo con voz emocionada y abriendo los brazos.
Pía un poco confundida recordando que no podía encariñarse mucho con ella, la abrazó de igual forma y le sonrió, Dion se acercó un momento más tarde y le besó la mejilla mientras le tocaba un hombro.
–Buenos días– dijo el rubio un momento después, encantado mirando a su hijo. Su prometida, Marie, estaba mirando a Daniel y a su hijo insistentemente.
– ¡Oh! – dijo entonces un momento más tarde– Dion... este va a ser el esposo de mi bebe– gritó la muchacha mientras abrazaba a su hijo y lo tomaba en sus brazos–. Dan ganas de comérselo... este bebe es hermoso.
Y como era costumbre en las personas que veían a su hijo por primera vez, lo besó, mucho, incluso el rubio. Dion lo tomó en brazos y lo besó mientras Daniel la miraba y ella les invitaba a pasar a la casa.
Caminó adelante, mientras se preguntaba ¿Cuál era el motivo de la visita de ellos allí? Lo más probable fuese que estuvieran buscando a Daniel.
Abrió la puerta y se dio la vuelta. Dion, tenía a su hijo en brazos mientras su bebe le miraba sonriente y el hombre le preguntaba su edad. Marie iba con Daniel, quien miraba un enorme ¿Qué era eso?
Mientras estaban todos sentados, su hijo muy encariñado con el hombre de barba y cabello rubio, en sus piernas jugando con su celular, y les miraba a todos y luego volvía su atención al móvil.
Pía sonrió cuando vio como el rubio besaba repetidas veces las mejillas de su bebe y Marie les miraba enamorada. Su vista se centro en lo que la mujer tenía en las manos aun.
–Lamentamos no haber venido antes, con todo esto se nos complico mucho el venir... Pía, nuestra bebe, Avery, cumple su primer añito y hemos venido a invitarles.
Se incorporó y le entregó la invitación, que era nada más y una menos que una caja de flores en forma de uno, muy grande, con rosas desde el blanco más puro, pasando a diferentes tonos de rosado y llegando a un rosa oscuro no muy chillón; las rosas más hermosas que había visto en su vida. Con una tarjeta blanca de letras doradas.
Les miró y sonrió, no leyó la tarjeta, solo fingió que lo hizo, lo que si vio fue la fecha, era en una semana justa.
–Muchísimas gracias por pensar en nosotros– dijo incomoda, fingiendo alegría, sabía que la invitaban por el simple hecho de que era la madre del hijo de Daniel, porque mas si no.
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Cliché y punto
RomanceDaniel siempre soñó con convertirse en un reconocido biólogo marino, desde pequeño se visualizó como un reconocido y famoso biólogo, como un programa de investigación en televisión . Al cumplir la corta edad de diecisiete ya era un prodigio en la...