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Sally se miró en el espejo e intentó abrir el ojo, pero fue inútil, aquel golpe lo hincho demasiado y era horrible, no podía cubrirse ni si quiera con maquillaje, se podía apreciar incluso desde otra cuadra.

Chris había vuelto a acorralarla, pero solo tenía un par de días de haberle quitado el dinero, y esta vez no la agredió por negarse, era por la falta de ello. Su hija estaba en casa de sus padres, gracias al cielo y la dejaría allí. No pretendía buscarla, estaba muy mal y no quería que nadie la viera.

Incluso cuando tenía una increíble excusa para cuando le preguntaran que le había sucedido en el ojo, y es que no fueron las mismas manos de Chris quienes provocaron el golpe, fue ella al intentar zafarse de él mientras estaba acorralada entre sus brazos, mientras la estrangulaba. Estaba tan asustada y nerviosa que le golpeo y corrió lejos, el no la alcanzo, pero intentado huir mas aprisa tropezó casi llegando a la puerta y con el tirador de esta se dio en el ojo.

Lo culpaba, lo culpaba total y completamente, no había otra forma.

Tenía que salir de allí, no tenía otra manera, si no lo hacía no saldría viva y tenía que actuar rápido, pero no dejaría que la vieran de tal forma. No.

Estaba en su apartamento, pero no para permanecer por mucho tiempo, estaba recogiendo sus cosas y las de su hija, lo más importante, no permanecería en un lugar donde él pudiera encontrarla tan fácilmente.

Ella se preguntaba ¿En que estaba metido él?; ¿Por qué esa necesidad repentina de dinero? El nunca fue un golpeador, mas ahora... en algún lio tenía que estar metido, pero no lo excusaba.

&

Lunes en la noche

La convención Logos había dado inicio ese día, sus amigos algunos no estaban, como Dion por el festejo del primer año de su bebe o Adon porque estaba en Italia. La fiesta de bienvenida fue un derroche de lujo y glamur, más de un accidente de vestuario, mas de una caída y al final ebriedad total por parte de algún de los presentes.

Estuvo con Ferrys, no comento nada con Diana, aunque claro que estuvo a punto en más de... cinco ocasiones, pero al final le hizo caso a su mejor amigo, después de todo casi siempre tenía razón con respecto a sus consejos.

Claro que seguro habría disfrutado más con la hermosa chica. Su amigo no pensaba lo mismo, en más de una ocasión, cuando tuvieron oportunidad le dijo.

–Tu amiguita está loca, no me gusta por desvergonzada, soy un hombre libre, pero hasta yo sé dónde está el límite de desvergüenza, eso que hizo en el bar...

Y para luego comentar.

–Estas mejor sin ella. Disfrutaras más conmigo.

Aunque lo tenía en total duda, Diana es una mujer inteligente de dulce forma y muy tenas, pensaba él, esperaba que cuando saliera de allí ella estuviera libre de su trabajo, así podría dar una vuelta por ahí, tiene unos buenos días sin entretenimiento en la cama y dado a eso quizás estaba pensado demasiado en Pía, ya que pasaba mucho tiempo con ella, aunque al comentárselo a Ferrys este decía otra cosa.

–Viejo, por más que el león y la gacela sean amigos, si tienen mucho roce cuando el león tenga hambre pensara en comérsela, y cuando recuerda lo bien que sabe la carne de su presa se le aguara la boca.

Era el ejemplo que ponía, y le causaba risa, pero era totalmente cierto.

Cuando abandono la fiesta era tarde de la noche, pero no había hablado con su hijo, así que tomando su teléfono intento llamarlo, pero allí estaba entrando una llamada de Diana, si tomaba la llamada no hablaría con Pía y si su hijo estaba despierto no podría hablarle, los extrañaba, pero si dejaba la llamada lo más probable era que la chica se enfureciera.

Cliché y puntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora