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A pesar de la maldita noche de mierda por ser tan idiota, no soñó precisamente con lo que vio, extraño, pero cierto. Soñó algo más loco aun.

Pía y el... con otro hijo, mas bien, hija.

Ferrys llegó a su oficina mientras el desayunaba esa mañana, miraba un punto fijo y cuando se encontró con los ojos preocupados de su mejor amigo sonrió para tranquilizarlo.

Comían en un silencio que Daniel quebró.

–Soñé que tenía otro hijo... con Pía– Ferrys dejó de comer.

–Extraño– dijo lentamente.

–Sí, lo más loco es que me acuerdo de todo, de cómo fue el parto y de cómo yo le puse a la bebe.

– ¿Una niña? ¿Quieres hablar de ello? – asintió luego de mirar su tenedor un momento.

–Corríamos por un pasillo, más bien yo, ella estaba a mi lado con su rostro sudado, sus cabellos pegado al perfil y respiraba tranquilamente, y su mirada me decía que le dolía. Yo me sentía nervioso, confuso, las cosas pasaban tan rápido que algunas me las perdía, ella apretaba mi mano. Estábamos en un lugar con agua... y ella estaba sumergida, yo estaba con ella, tenía mi frente pegada a la suya...

>>Le susurraba cosas y ella asentía y me decía que... todo iba a estar bien. El grito de la bebe al salir me erizó la piel y comencé a llorar al verla. Era hermosa, y yo corte el cordón... Dana Rose. Dije al verla... y... Pía, ella... nos miraba como si fuéramos lo más hermoso de la vida...

Daniel torció el gesto y bajó la cabeza, no sabía que le pasaba, incluso estaba llegando a pensar que su racha de sensibilidad estaba allí aun latente y presente para hacerle parecer un tonto; ni el mismo sabía lo que sentía.

–No soy el mejor para dar consejo, estoy más loco que tu, no como nada rojo y creo que los viernes son de mala suerte, ya puedes ver,... pero algo que si quiero que sepas es que no sobre pienses en todo esto... y no hagas nada de lo que te puedas arrepentir.

>>Pía hace eso porque está soltera y ese hombre está interesado en ella, como probablemente ella lo esté en el...

Ferrys quedo callado y Daniel esperaba que comentase algo mas, quizás algo diferente a lo que acababa de decir. No pretendía tomar decisiones precipitadas, aprendió mucho tiempo atrás que no era algo que le diera beneficios.

–Vamos a despejarte la mente... quiero que me hagas un favor... no voy a hacer el tonto como la ultima vez, aquella apuesta tonta que ha durado más de cuatro meses...– Daniel hizo una muesca por no reír–. Quiero que le dediques tiempo tu hijo, que le dediques tiempo a su madre... no por separado, en pocos días vas a la Logos... iré contigo.

>>Sobre lo que me comentaste... si aun no le has dicho nada a Diana... no le digas nada, ve solo, por favor.

Honestamente no quería ir solo a la bienvenida, pero su amigo lo decía por algo y si de algo estaba orgulloso era de poder obedecerle a Ferrys, cuando sentía que era lo correcto, siempre que estaba como en ese momento, un poco perdido.

&

Sally regresó a su hogar después de horas de dar vueltas en la ciudad, su hija se arrojó al sofá con el rostro alegre, tenía un helado inmenso en sus manos. A pesar de que tenía varios contratos y que su agenda estaba repleta, no todo alcanzaba, debía que pagar renta por su casa, por el estudio, aun seguía pagando al banco por el préstamo para el equipo que compró, pagaba la colegiatura de su hija, ayudaba sus padres... tantas cosas que enumerarlas se llevaría mucho, mucho tiempo.

Cliché y puntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora