Cliché y punto

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Capítulo dedicado a las chicas del grupo de Ws.

¡Están locas!

Ignoren el tipo de letra, no pude quitarle eso por más que trate... ni idea del porque...

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Llamó a Valerie cuando se junto con Mich para recoger a su hijo, Amir había quedado en el hotel repasando algunas cuerdos con su equipo de trabajo por video llamada, cuando ella salió, luego de que el la besara sin importar que cinco personas veían la escena.

Valerie estaba agradecida con la llamada y habló con su nieto, Danm no era de mucho hablar, siempre ha sido callado, incluso ahora que su comportamiento ese mas hiper activo que nunca, es un hombrecito de pocas palabras. Ella solo veía como asentía y sonreía, sus ojos azules se cerraban y sus cache titos subían cuando mostraba sus perlas blancas.

–Abuelita quiere hablar contigo– dijo pasando el móvil y tomando una de los pedazos de manzana que ella le ofrecía para llevárselo a la boca y chuparlo antes de morderlo como hacía desde pequeño, gesto que extrañamente hace Daniel y que Danm nunca había visto.

En medio de la llamada su móvil vibró, era un mensaje, luego de que culminara la llamada con la abuelita de su hijo vio la pantalla. Amir.

Era un simple mensaje.

Pía, ya te echo de menos.

De: Amir

Yo igual, mal educado.

Para: Amir.

Guardo el móvil incluso cuando volvió a timbrar con otro mensaje.

–Dime, cariño ¿Cómo estuvo tu noche sin mami y papi?

**

La puerta de la casa se cerró de forma que casi ni escucho, pero por el sonido del timbre y por como Melissa salió corriendo cuando soñó, sabía que alguien estaba allí. Ella iba de salida así que no esperaba verla.

–Hola– dijo Daniel apareciendo en su campo de visión.

–Oh, eres tu– dijo mirándole y dándose la vuelta.

Estaba preparando la cena y al parecer tendría que agregar otro poco de todo.

Se hizo el silencio mientras ella caminaba por la cocina, Danm jugaba en la sala de estar, podía escuchar el sonidito del camión a control remoto.

– ¿Viste a tu hijo ya? – preguntó mientras se movía de un lado a otro sin verle a la cara.

–Sí, estuve con él hace un momento y hemos hablado, volveré con él, solo he venido a saludar y a decirte que me quedare dormir.

Pía asintió, aunque estuvo a punto de girarse a verlo ¿Estaba enfermo? No se escuchaba nada bien, su voz era baja y apagada, pero decidió dejarlo pasar.

Esa noche era noche de películas, sus películas favoritas, las vería con su hijo, para luego acostarlo y ella quedarse viéndolas si no llamaba Amir esa noche.

Tenía preparada la mezcla para las banderillas, tenía las bolsas de palomitas cerca del microondas, y en sus manos la masa para los rollos de canela.

Mientras le quitaba la envoltura, Daniel atravesó el marco y esquivo su mirada ¿Qué le pasaba? Se veía normal aunque estaba muy callado.