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Pía se encogió de hombros y cerró los ojos, en verdad quería estar lejos de allí.

–Lo lamento, pero no puedo soportar darle tantas vuelas a esto. No encajamos, ustedes se reúnen porque son esposas, novias y prometidas de esos hombres, de ese clan, yo no formo parte de él, solo soy la madre del hijo de uno de ellos, no quiero encariñarme con ustedes y cuando llegue la otra me alejen porque es lo correcto.

– ¡Jamás! – Se sobresalto por la forma fiera y firme de Marie– Nosotras no somos así. Danos una oportunidad... inténtalo, Por favor.

**

Miró sus uñas en el mejor estado que han estado jamás, bien arregladas y pintadas sin desperfectos, en aquel color verde esmeralda que le llamó tanto la atención a ella y a Sage. Marie iba a su lado y caminaban saliendo del lugar, cuando la inquietud volvió a su mente y sin meditar mucho se giró.

–Puedo decirte algo– susurró, quizás pensaba que no la iba a escuchar.

–Lo que sea– respondió la curvilínea.

La miró mientras caminaban hacia los autos, Marie tenia aquel hermoso alfa romeo y ella un Toyota, alejó las comparaciones de su cabeza y dijo.

– ¿No les gusta Diana? – pregunto.

–No– fue escueta y muy rápida al responder–. A Dion no le gusta y menos a Sash, dicen que algo raro tiene.

–Supongo que algún instinto tienen– susurró Pía, queriendo cortar todo e irse.

–Y lo tienen...–Marie sonrió– Son muy parecidos ellos dos, nosotras siempre hacemos caso cuando sospechan de alguien, a Dion le encantas, dice que eres transparente, y Sash le comento lo mismo a Oury; mas no por tal motivo te queremos cerca, nos has gustado, Pía.

>>El hecho de que seas la madre del hijo de Daniel solo hizo que nos conociéramos, mas no es por lo que te queremos en nuestro círculo de confianza. No nos alejes, porque por ninguna circunstancia nosotros nos alejaremos de ti.

–Gracias– dijo con un nudo en su garganta.

Marchaba directo a su auto y volteó para decir aquello que salió de su boca sin pensarlo mucho.

–Cuídate, Marie... y por cierto, a mí tampoco me gusta Diana, luce... venenosa.

–Eso lo decimos todas de las novias de nuestros ex– gritó Marie.

–Si– concordó Pía riendo–Pero está en verdad lo es, más de lo que se ve.

**

Llegó a su hogar sintiéndose en las nubes, su cuerpo relajado, pero también su mente volaba.

No quería sobre pensar en muchas cosas y no quería seguir dándole vueltas al asunto de Daniel. Miró su móvil y Amir no la había llamado, extraño, pero se alegraba, aunque de cierta forma lo extrañaba.

Se sobresalto al ver a su hijo bajar los escalones casi corriendo, se arrojó a él, pensado que podía caerse, pero no lo hizo.

–Mami yo soy grande ya– le informó riendo.

–Sí, estas creciendo, pero para mí nunca serás del todo grande, chiquitín.

Su móvil timbro en sus pantalones, los tomó y dejó su bolso lejos, estaba bien pesado.

Mientras escuchaba a una de las secretarias de B&P hablarle por la línea tenía una sonrisa en el rostro. Ya quien la entrevistaría había llegado y no cabía de felicidad porque la entrevistaría en dos días, dos días, estaba más que contenta, al fin iniciaría su trabajo.

Cliché y puntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora