Cliché y punto

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Daniel quedo asombrado por un momento, lo vio en su cara, pero era más que obvio que es el padre de su bebé. Pensó que ella no seguiría o que no hablaría más, ya que al parecer Dan no la escucho.

–Danmark... Vamos, tu papi te llevará.

–Señorita...–fue todo lo que pudo decir Daniel .

Danmark miró rápido a su madre y su cara se volvió un poema y su llanto creció rápidamente. Se estiró hasta su madre y ella lo tomo mientras ella también rompía en llanto.

La profesora no entendía lo que pasaba así que retrocedió y continuó recibiendo a los demás niños, ella se alejó con el bebe en brazos.

–Lo siento... Mi amor... En verdad lo siento.

Lo mecía de un lado a otro, pero no se calmaba.

–Mami...–dijo el  abrazándola con sus bracitos–Escúchame... Estoy solo... No tengo a nadie.

Ella dejo de llorar y sintió la presencia de Daniel tras ella escuchando a su hijo mirándola seriamente.

– ¿Qué?–preguntó asombrada por lo que le decía.

–No... Papa no está, y ella dijo... Ella lo dijo...

-Mi amor... Papi si esta... Pero...

–Búscalo... Soy el único que no tiene papa...

–Pía... Les daré privacidad...

–No...–Ella le miro sonrojada y llorosa–Esto no es algo de lo que quiera tratar sola, por favor...

Se miraron, no sabían si era el mejor momento, pero el reclamaba algo que tenía tan cerca, pero ella no quería causarle un descontento o trauma emocional, no a propósito.

–Danmark, quiero decirte quién es papá, quiero hacerlo, pero no creo que estés listo para saberlo aún, eres un niño muy inteligente...

–Pero puedo hacerlo...

–Mi amor... Hay cosas... Que son muy fuertes aún para los adultos como mami y como Daniel...

–Mami... No me hagas estos... Me estás matando.

¿Como un niño de esa edad podía decir eso? ¿Cómo podía decírselo tan fríamente cuando ella solo quería su bien? No entendía, si lo que quería era protegerle, pero no cedería a ello, quería que tuviera confianza con su padre primero.

–Hablaremos en casa mi amor... Y no me digas eso, sabes que mamá se pone triste por ello, mamá te ama y sabes que daría la vida por ti...

–Papi también lo hace–el niño se removió mirándola mal.

–Okay... ¿Qué harás cuando veas a papi?–preguntó ella sin mirar a Daniel.

–Quiero estar con el... No sé lo que haré... Supongo que... Estar con el... Y eso– su bebé hablaba bajo y algunas cosas las decía entre sus dientecitos y no las entendía, otras sí y ella solo quería decirle, pero no podía.

Miro a Daniel que tenía una sonrisa, pero lloraba. El niño le miro y bajo la cabecita.

–Daniel, yo no sé cómo hacer esto...–le miro y el solo la observo asustado.