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–Mira, Pía...

–Hablaremos luego, Daniel.

Y sin siquiera decirle que se fuera de la casa se marcho ella a su habitación. Supo que estaba muy molesta, airada y avergonzada porque no escucho ningún sonido cuando ella desapareció. No escucho el azote de la puerta, no escucho su voz maldiciendo, no escucho ni si quiera llanto o cosas romperse.

Hubo un tiempo en el que habría ido a tocar la puerta y disculparse, sentándose en el suelo hasta que ella se dignara a salir y perdonarlo, pero ya no le importaba nada. Suspirando de cansancio y agobiado porque no había agotado todos los temas que había ido a plantearle, se fue. El si azoto la puerta, pero por un simple descuido y salió rumbo a su casa, otra vez.

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–No preguntare por el bebe, porque por la cara que traes ella te dijo que no– Ferrys le sonrió mientras lo recibía en casa con aquellas palabras.

–No, ni tanto así... ¿Dónde están las demás? – quiso saber arrojándose al mueble que estaba más cerca.

–Han ido al salón de belleza– rodó los ojos– Tu hermana estaba muy entusiasmada por arreglar su cabello y Ciara quiere ganársela, ya sabes...–el arrugó la frente.

–No, no se... ¿A qué te refieres? – se acostó con los pies fuera de sofá.

–Vamos hermano, están teniendo un rollo, hablan, "son mejores amigos", la traes a tu casa, y es mujer, está pensado que lo de ustedes puede prevalecer, aun con lo de tu hijo...

– ¡Ah! – Rió a carcajadas luego de su exclamación–. No, ella sabe que yo no quiero nada serio, se lo dejo saber siempre, a demás... solo quiero centrarme en mi hijo...

– ¿Cómo esta? – su amigo se intereso.

–No lo he visto, aunque hable con el anoche, está en casa de los abuelos... Pía...

–Anda... cuéntame, te veo algo tenso– sonrió un poco desganado.

–No te imaginas lo que me ha pasado...– el chico le hizo señas, por la cara que había puesto seguro estaba pensado en algo como ¡No lo sabré si no me dices! –. Llame a Pía, anoche, sé que no estamos juntos hace mucho tiempo, pero no sé porque por alguna razón jamás me la había imaginado disfrutando con otro hombre, no me mal entiendas, ella ya no me importa, pero es extraño, nunca había cruzado esa idea por mi mente, claro... claro... luego de que superara la tristeza– dijo aclarándole a su amigo que estaba a punto de refutar.

>La cosa es ... ayer la llame, quería saber si podía ir a su casa hoy y hablar de traer a mi hijo..., pero al parecer... tenia o la mano o alguna otra parte del cuerpo en la pantalla de celular y a respondido sin saber...

–Llega al meollo, por favor.

–He escuchado como tenia sexo con alguien más... ha sido...– cerró los ojos mientras su cuerpo recibía una clase de temblor– horrible, yo no puedo describirlo, pero me ha parecido horrible. No sé qué otra cosa decir.

– ¿Cómo? – Pregunto con sus ojos abiertos– ¿Qué decía?

–Es morboso, Ferrys... pero solo le pedía un poco más al hombre con quien estaba, un tal Amir, escucharla "disfrutar"... el chico parece musulmán o... ya... no quiero hablar de ellos.

– ¿Debo preguntarte ahora si ya te has preguntado tu porque tu reacción? – negó.

–No, no me pasa nada con ella, fue mi novia es lógico que tenga sentimientos encontrados, nos íbamos a casar, convivimos juntos por los años que estuvimos saliendo, le regale un maldito diamante que me costó el corazón, pero no, no siento nada por Pía.

Cliché y puntoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora