Cliché y punto

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Jugaron tanto que el bebe cayo dormido sin que él se diera cuenta en un rincón de la sala mientras hacían el rompe cabezas de un submarino. Lo llevo a dormir y antes de irse le beso la frente y las mejillas. Ere increíble, no podía describir lo que sentía en su pecho y todo su cuerpo con contemplarle, con decirse que era una parte de él, una revolución de sentimientos le dominaba y aunque los sentía a flor de piel, intentaba no demostrarlos ni darlos a notar, seguro el niño se asustaría.

Miro el reloj y era tarde de la noche, Dan tenía dos horas de haber quedado dormido y Pía no llegaba.

Diez cuarenta.

Entro a la cocina para dejar el plato que los niños habían dejado allí de la cena. Sally miraba por la ventana y depositando los trastes en el fregadero si dispuso a salir de ahí.

–Sabes... me alegra verte de esa forma... y me alegra que estés aquí. Eso significa que estas comprometido con tu hijo aunque Pía no vaya en el paquete, o no desearías que lo esté...

–No, pero es parte de todo esto, es la madre de mi hijo y aunque si lo deseo, no hay nada que yo pueda hacer, tendrá que buscar fuerzas de donde no las tiene para aguantarme, supongo.

– ¡Oh, pero ella es fuerte! – dijo con tanta convicción que el solo pudo mirarla y de la forma en la que dijo aquello casi lo convención.

– ¿Lo es realmente? – la provoco mientras tomaba asiento en el taburete

–Te diré que Pía puede ser muchas cosas, pero fuerte es la definición de lo que ella es en su totalidad– el estaba escéptico al respecto, pero no dijo nada, quería escuchar su argumento, el no la consideraba de tal forma, la había conoció y dudaba que la fortaleza le hubiera venido simplemente porque una luz la había iluminado desde el cielo–. Cuando tú te fuiste– eso era un reclamo y había escuchado ese "tu" tan fuerte que casi sintió como le golpeaba–, quedo sola, un grupo de amigos que solo estaban con ella por ti, la dejaron, justo cuando pensó que ellos podían ser una mano amiga que la sostuviera en un momento tan difícil, porque fueron dos golpes a la vez.

>Tu padre se fue y si ella nunca te lo dijo... le quería... como otro padre y fue una pérdida fuerte para ella también, y luego decides dejarla, y cancelas el compromiso, y gracias a Dios no la dejaste en la calle.

–No soy tan maldito– la interrumpió.

–Oh, pero lo eres... en cierto punto lo eres..., ver a Pía leer libros de amor, mientras cerraba los ojos y oraba para que volvieras, me partió el corazón, un sonido en la puerta y ella salía corriendo con la esperanza de que ese fueras tu. ¿Sabes porque no te dijo que estaba embarazada? – hizo una pregunta retorica y luego respondió– porque cuando lo supo, cuando el test le dijo que si, el cuarto que había probado, tu abriste la puerta del baño y le diste la noticia de tu padre ¿Qué esperabas que hiciera? ¿Qué te lo dijera, para qué?

La cara de él estaba cambiando lentamente, de una de escepticismo a una seria. Miraba a la mejor amiga de su ex hablar y mientras ella pronunciaba cada palabra el volvía al pasado.

–Estaban en duelo y ella no podía darte una noticia que se supone es de gozo, pero no paso mucho y tú te fuiste, estabas decidido ¿Cómo decirte que estaba embaraza? Ibas a pensar que era para retenerte. Y lo cayo... ahora... te preguntaras ¿Es eso ser fuerte? Pues te digo que si... ser fuerte es quedarte sola mientras estudias, ser fuerte es estar embarazada, con todas tus hormonas revueltas, con los pies hinchados, una vejiga que no aguanta nada, vómitos, mareos, jaquecas... y estar estudiando arquitectura, ser fuerte es fingir que todo está bien aunque estés muriendo por dentro ¿Sabes cuantas veces fue a las clases, se trasnocho y no durmió por días, intentado terminar su carrera, cuando tenía unos dolores horribles? Olvido que tenía que cuidarse ella, solo cuidaba del bebe y procuraba no fallar para culminar su carrera, todo por darle una mejor vida a su hijo. Y todo eso lo hizo sola, si eso y a demás trabajar en tres lugares diferentes no es ser fuerte, tu dime que lo es.