Cliché y punto

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Ferrys miraba a Sally y la culpa lo carcomía por dentro, una parte de él le decía que era su culpa, cuando estuvo con ella le prometió tantas cosas, cosas que no cumplió.

Si se la hubiera llevado como le dijo que lo haría, ella no estaría en el estado que esta. Se veía débil y lo estaba. Su hija, Simone lloraba cada vez que la veía, aun y cuando no entendía todo el asunto. Daniel tenía a su hijo en brazos que asustado miraba a su madre que lloraba mientras abrazaba a la pelirroja.

Ella no lo había mirado ni si quiera una sola vez y se merecía eso y mucho más, por idiota. Por cobarde. Porque eso, por ilusionarla y luego dejarla a su suerte. Por crear un mundo de fantasía en la cabeza de ella y luego teñirlo de un tétrico oscuro.

El corazón se le encogía solo de pensarla peor de lo que estaba, quería estar a solas con ella, pero sus padres ni se separaban como tampoco lo hacían su hija o Pía, el único momento que estuvo con ella a solas fue cuando Daniel se llevó a Pía el día anterior para que no la despertara.

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–Supongo que está durmiendo mucho por las medicinas– dijo Daniel.

Pía estaba ida pensando en algo que tenia horas dándole vuelta.

–Quiero que Sally venga a vivir conmigo– dijo a Daniel, quien la miró sin pestañar ni un momento.

–Se que estas decidida, pero sus padres están aquí... ¿Crees que ella quiera? Su trabajo también está aquí y...

–Hace días quería comunicarme con ella. Mi agente me llamó hace días– El se tenso– no, no voy a renovar el contrato Dan, solo le comente que Simone podía ser su próxima modelo, pensé en comentarlo con Sally, pero ella nunca respondió mis llamadas y en otros momentos no la llamé.

>>Solo creo que si consigue trabajo allá y su hija puede ser la cara del producto son ingresos para ella, este es un pueblo pequeño. A demás, la quiero lejos de Chris.

–Cierto. No puedo creer que lo vayan a dejar salir bajo fianza.

El sabia que Pía no podía ni pensar en esas cosas, solo de pensarlo le hervía la sangre.

–Quiero convencerla, aunque me vaya ahora mismo, creo que sería lo mejor, tomando en cuenta que si le veo, me van a encarcelar. Te juro, Daniel que podría matarlo.

–Sé que si, te veo muy decidida y eso me asusta, Pía. Piensa en tu hijo, piensa en mí, ahora estamos juntos y aunque el drama no es entre nosotros no quiero que se vea afectada nuestra relación por ello.

–Lo sé, lo siento, pero entiéndeme. Lamento no haberte escuchado antes, cuando me pediste que redujera la velocidad, no era yo en ese momento– suspiró mientras negaba.

Aun sentía rabia, suponía que de una u otra forma iba a tener que sacarla.

–Tengo mucha ira– dijo mientras pasaba sus manos por el cabello que ya no estaba tan corto.

–Tengo dos opciones para ti, una: vas al gimnasio más cercano y las descargas allí y dos: me ofrezco como desquite– Pía solo pudo reír.

–Pues me van a venir bien darte unos cuentos golpes– Daniel sonrió mientras la miraba y ella no pudo contenerse e inclinarse a besarlo.

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Estuve entretenida en otras cosas, sabía que Ferrys quería hablar con Sally, y aunque nadie quería dejarla con él, no por nada malo, solo no querían perderla de vista, todos buscaron algo que hacer para no interrumpir.