Juramento delante del ancestral

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Voy corriendo hacia el salón de los dragones, con los pies apenas tocando el suelo. Una vez ahí, me encuentro a un grupito de chicos mayores reunidos, pero veo que Gnist no está entre ellos, por lo que me tomo un pequeño descanso y voy hacia mi cuarto.

El dragón sigue aquí. Me lo encuentro acurrucado en mi cama, con la alas a modo de manta cubriéndole gran parte del cuerpo. Intento no hacer ruido, pero el animal se despierta igualmente, y viene a saludarme con su ya habitual ruidito.

Dejo la bolsa en el suelo y saludo al animal con cariño... Es imposible no acabar cogiéndole cariño a una cosita así, pienso mientras miro sus enormes ojos verdes.

Dejo al dragón en el suelo y veo como el animal hace un intento no muy lucido de vuelo hacia mi cama. Se pelea con las sábanas un buen rato, por lo que decido dejarle así, en medio de una batalla contra un edredón.

Voy al baño y reviso mi aspecto. La ropa que llevo es cómoda, por lo que no pienso cambiarme para ir a explorar. Vuelvo a la habitación principal y el dragón salta de la cama hasta mi hombro con una planeo que deja bastante que desear. Casi me da con la cola en la cara, por lo que nos convertimos en una batiburrilo de escamas, pelo y carne hasta que posiciono el animal en mi hombros, como si lo llevara a caballito. Parece que le gusta estar aquí, por lo que pienso llevármelo conmigo. No creo que le pongan pegas a ello, al fin y al cabo, es un dragón. Creo que hasta les hará ilusión.

Salgo al comedor y me encuentro a muchísima mas gente de la que había visto antes, entre ellos, Gnist, Jatte y Celeste, que se encuentran hablando.

Llamo la atención de mas de una persona, pero ignoro este echo. Me junto con Gnist, Jatte y Celeste, que callan al verme llevar con el animal sobre mis hombros.

-No quería dejarle solo, y... Digamos que ha "insistido" en venir-

-Tranquila, ningún problema, no sería la primera vez que nos llevamos a algún animal apadrinado de exploración. Mas de una vez terminan resultando útiles, me acuerdo de esa vez que Nímer llevó una serpiente taladro. Se puso a cavar como una oca una pared, y los profes nos echaron una bronca considerable, pero descubrimos que detrás había un pasadizo. Tardamos un tiempo en descubrir cómo se habría pero...-

Gnist continúa con su anécdota hasta que una chica se sube a una mesa y nos hace callar a todos.

La chica, de pelo castaño y ojos azules, sonríe y empieza a hablar con una voz grave.

-Bien, chicos, hoy haremos la primera exploración del curso. El año pasado los hipocampos nos ganaron por poco, todo por culpa de ese pasadizo secreto escondido bajo el lago. Recordad: No os perdáis, si lo hacéis en un pasillo desconocido puede que tardemos demasiado en encontraros... Bueno, ¿Algo que añadir?-

Yo levanto la mano sin pensarlo mucho, y el dragón emite una queja, pues casi lo tiro al suelo con el movimiento.

-Dinos, cría de dragón. Es raro que alguien de primero diga algo en la primera reunión, ¿has descubierto algún pasillo viniendo hacia aquí?-

-No... Tengo algo mucho mejor...-

Saco el mapa de Luften de mi bolsillo.

-Muéstrame una imagen de todo el colegio- Le digo en voz alta.

Una proyección de todo el recinto aparece. Es exactamente igual al real, pero mucho mas reducido, claro.

-Tercer piso- El castillo se secciona en distintas partes y se amplia una de ellas, que muestra el tercer piso con todo lujo de detalles.

La chica abre mucho los ojos

-¡Konst!- Grita, y aparece un chico menudo y con gafas de entre la gente. -¡Esta cosa seguramente enseñe partes del mapa que nunca hemos visto! ¿Crees que podrías añadirlas a los mapas?-

El chico mira fijamente la proyección y asiente con resolución. La sala estalla en aplausos y vítores. 

-No creo que nadie que no sea de nuestro curso deba saberlo. Técnicamente no hay normas, pero esto tiene que ser trampa sí o sí, como robar los mapas de los demás, por lo que jurad que no lo diréis a nadie que no sea un dragón-

La muchedumbre levanta su brazo derecho y dice al unísono: "Lo juro"

-Perfecto. En ese caso, vamos a mirar por ahí a ver que encontramos- Prosigue la chica con aire alegre. -Ya añadiremos las cosas al mapa mas tarde.-

La gente sale de la sala, corriendo y gritando alegremente. Nos quedamos en ella Gnist, Jatte, Celeste y yo. Además de la chica, que sigue subida a la mesa. Baja con un salto elegante de ella y se dispone a irse cuando yo la detengo.

-¡Espera! ¿Cómo sabes que nadie dirá nada?- Le pregunto. Confío en mis compañeros, pero mas de una vez hay gente con la lengua demasiado suelta.

-Porque lo han jurado delante de él-

-¿Delante de quién?- Le pregunto, sorprendida.

-De él- Aclara la chica, señalando a una enorme estatua de un gato. Entre tantos dragones y similares, este animal llama la atención, como si estuviera en el lugar equivocado.

-¿Qué es esto?- Pregunto, intrigada.

-"Esto" se llama Shrá. Es el ancestral de la sala de los dragones- Me contesta la chica, a la vez que sale por la puerta.

Danza de demonios: La chica y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora