Segunda clase

1.8K 206 4
                                    

Después de veinte flexiones el sudor empieza a caer el suelo. Con la número treinta las caras de muchos adoptan un tono rojo. Cuando ya llevamos cincuenta los brazos empiezan a temblarnos. La mayoría ni siquiera llegamos a la mitad de las que nos ha asignado Krig: Doscientas. Yo consigo llegar a las ciento cincuenta cuando mis brazos fallan por completo y hacen que me desplome. Solo Bía y el chico musculoso (Que acabo de descubrir que se llama Dimitri) han conseguido hacerlas todas. 

Los demás caemos como moscas...  Pensaba que Eris me ayudaría a fortalecerme, pero resulta que no. Recuerdo la conversación con ella ayer por la noche.

"Tendrás que apañártelas tu solita. Ya tienes parte de mis conocimientos, pero en el aspecto físico tendrás que arreglártelas... Ayudarte en este momento te perjudicará en el futuro. Tu cuerpo está estimulado, así que te pondrás en forma mas rápido de lo que te tocaría... Pero no pienso ayudarte en nada mas. En un futuro una buena condición física te puede ayudar, así que apechuga"

Que diablesa tan graciosa... Pero tiene razón. De normal apenas podría haber hecho cincuenta, así que el Spark y la lucha han fortalecido mi cuerpo mas de lo normal, así que no me puedo quejar del todo.

Después de las flexiones hacemos prácticas de tiro con armas de fuego. Jatte, gracias a su firme agarre, pone la bala donde pone el ojo, y se convierte en la mejor tiradora en cuanto ha pasado un poco de rato. Luego pasamos a los cuchillos.

Unos minutos depues, tenemos a dos chicos con cortes en la mano y, de alguna forma inexplicable, una chica se ha hecho un rasguño en el lóbulo de la oreja. He conseguido clavar los cuchillos en la diana, pero estoy lejos de acertar... Al menos ya sé como lanzar el cuchillo para que se clave. Algo es algo.

Ahora mismo practicamos tiro con arco. Este me gusta. El ruido de los disparos no me deja sorda y el arco no tiene retroceso. El único inconveniente es que no tiene tanto alcance. Aunque se podría solucionar con un conjuro de potenciación... Creo que es mas práctico un silenciador y un poco de práctica.

Terminamos la clase con una clase básica de manejo de espadas (De madera y rellenas de plomo). Cuando las dos horas terminan, estamos agotados. Las piernas nos fallan, las manos nos tiemblan y  los brazos no aguantas su propio peso y caen a cada uno de los lados de nuestro cuerpo.

Y pensar que tengo que hacer esto cada día... En una semana seré invencible o estaré muerta.

Mi dragona me apoya en el camino hacia mi cuarto...  Hoy no ha hecho nada, pero Krig nos ha dicho que en la próxima clase aprenderemos a luchar con nuestras mascotas como acompañantes. Un poco de lucha cooperativa que nos enseñará a aprovechar los puntos fuertes de nuestros compañeros. Nada mal. Será entretenido, aunque tenemos prohibido matar a cualquiera de los animales.

Me tumbo en la cama y me decido a ponerme en forma de verdad. Me esforzaré para hacer todos los ejercicios que Krig nos enseñe. Puede que lleguen a necesitarnos para proteger nuestro hogar, y me niego a no ser útil.

Hogar... Este no es mi hogar de verdad... Me pregunto cuando podré ir a casa... Ahora nos dicen que los alumnos no podemos salir del centro, porque con Tánatos rondando por ahí sería demasiado peligroso... Ahora me arrepiento de no haber vuelto a casa antes... Ni siquiera sé si volveré a verles.

Basta... No pienso autocompadecerme nunca más. Es penoso. Al principio vale, pero si sigo haciendo esto entraré en depresión. Me levanto de la cama con dolorosos pinchazos en todo el cuerpo y voy a darme un baño, que relaja mi cuerpo y mi mente.

Vuelvo a la habitación y me tiro en mi cama. Intento no dormirme con todas mis fuerzas, pero no puedo evitar que mi cuerpo desconecte de forma casi automática al entrar en contacto con la cama.

Cuando me despierto noto que he dormido demasiado, pero sigo cansada. Me levanto y me dispongo a bajar a la sala común. Veo que ahí están casi todos los dragones, y me pongo a conversar con ellos. La clase de lucha armada es la mayor fuente de leyendas urbanas en este momento. Se habla de soldados momificados, armas malditas, asesinatos sospechosos... Se llega a especular sobre si Krig es un zombie y murió en la batalla de Demístocles... Me sorprende la capacidad inventiva de esta gente. El único que ni ríe no sonríe, de echo, ni habla, en todo el rato, es Dimitri. Me pregunto a qué se debe su  talante de seriedad casi militar.

Se va haciendo tarde... Los alumnos de las demás escuelas se marcharon antes de que volviera, así que el comedor me sigue pareciendo demasiado vacío...  Me siento sola, pero al cabo de un rato ya estoy en rodeada de gente. Pese a todo, no me dedico a hablar con nadie.

Pienso en la clase de hoy. Ha sido para entrenar nuestro físico, nada más, pero algo me dice que esta segunda clase no va a ser nada mas que una simple transición a algo mucho peor...

-------------

Salem no  podía ni imaginarse la razón que tenía.

Danza de demonios: La chica y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora