Recuerdos lejanos... O no tanto

1.4K 167 2
                                    

Normalmente, cuando lees un cuento y se narra que el protagonista es atacado por mucha gente a la vez, cuando el héroe se dispone a combatir, mágicamente, sus enemigos vienen de uno en uno... No, eso no es que te ataquen muchas personas a la vez. Cuando te atacan muchas personas a la vez, ves enemigos por todas partes... Te rodea, se acercan a ti a toda velocidad y no ves una salida, no ves escapatoria... Es como una pared humana que se abalanza sobre ti.

Por suerte o por desgracia, un par de ellos se adelantan al resto con facilidad, por lo que tengo dos segundos para afrontarlos, ganarles y pasar al resto...

"Demasiado lenta" era la frase más repetida por Esjalar cuando me entrenaba... No es muy alentador, pero espero poder apañármelas.

Cojo al que viene primero por el brazo, que es la parte que antes llega a mí, y se lo parto, haciéndolo impactar contra mi rodilla. No me detengo a escuchar su grito de dolor, porque al otro le cojo el cráneo con mis dos manos y se lo giro hasta que su cuello se rompe. Cae al suelo, muerto, pero no me detengo a observarlo y remato al otro, girarle la espalda cuando aún tiene un brazo operativo sería fatal.

Gracias a esto, el resto se arremolina a nuestro en vez de atacar todos a la vez, por lo que me puedo deshacer de cuatro más antes de que alguno se pongan de acuerdo para atacarme conjuntamente. Ahora vienen cuatro, dos por cada lado... No tengo ninguna manera de separarles, por lo que tengo que enfrontarlos a todos a la vez...

No creo que esperar a que me ataquen todos sea una opción, por lo que me abalanzo sobre el grupo que tengo más cerca... Al primero le corto la cabeza cuando, después de un salto, sigo en el aire. Antes de que el otro tenga oportunidad de hacer nada, le clavo la espada en el pecho y antes de poder tocar el suelo ya está muerto: Ha sido un certero golpe al corazón.

No puedo derrotarles con esta forma... Adopto una fisonomía mucho más práctica para el combate, hinchando mis músculos y haciendo aparecer cuernos... No es muy disimulado, pero es eso o morir.

Ahora voy mucho más deprisa... Justo lo que buscaba. Encuentro huecos en la defensa que antes no alcanzaba a atisbar, y mato mucho más deprisa... Mi espada es como un molino de viento que mueve ráfagas de sangre... Los cuerpos han empezado a amontonarse, por lo que los hombres que vienen ahora avanzan con dificultad hacia nosotros... Eso me da más tiempo. Yo, con mi renovada habilidad, me muevo entre los cadáveres con fluidez, y los montones de cuerpos no tardan en hacerse mayores... Las preocupaciones se quedan atrás, ya no importa nada más que la sangre que baja por el filo de mi espada y el sonido de los cuerpos cayendo al suelo...

No sé cuanto tiempo pasa... Puede que quince minutos, puede que dos horas, puede que treinta segundos... Pero, al contrario de lo que cabria esperar, no estoy más cansada... Quiero luchar más, me siento revitalizada, con más ánimos y energía... Hasta que, de repente, se acaba. Mi espada se blande, cortando el cuello de el soldado que resulta ser el último... Cuando vuelvo a alzarla, no hay ningún otro hombre... La espada solo emite un silbido al cortar el aire, pero nada se interpone en su camino... Miro detrás de mí y veo que el panorama que ha dejado Esjalar es igual o peor... Los cadáveres se amontonan delante de mí, delante de él, entre nosotros dos... Entre ellos identifico al mago por su túnica negra, ya que poca cosa queda de su cara... Voy hacia su cuerpo... Puede que suene rastrero, pero seguramente tendrá algo de valor...

Rebuscando entre los numerosos bolsillos encuentro un saco lleno de billetes y un par de amuletos que no dudo en tirar... No son demasiado valiosos, y yo ya tengo los míos propios... No sabría darles un uso a estos... Y revenderlos me daría más trabajo del que valdría la pena aceptar por el dinero que me darían.

En el saco hay una buena suma... Por lo menos cien mil mynts... Una suma para nada despreciable. El mago incluso me da un poco de pena... No le ha dado tiempo a protegerse cuando le ha cortado la cabeza por la mitad... No debe de ser extremadamente hábil, ya que cualquier podría conjurar un escudo simple.

Danza de demonios: La chica y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora