Os quiero

1.2K 165 12
                                    

Más de una decena de siluetas empiezan a acercarse a la chica, confusos por el repentino teletransporte a un lugar desconocido. Aún así, cuando un chillido agudo recorre el aire al ver a Salem tendida en el suelo y con una enorme y sangrante herida que le va desde el estómago hasta el pecho, todos se ponen de acuerdo para ir hacia el mismo punto: El cuerpo de la chica tendido sobre la hierba.

-¡Salem!- La voz de Jatte rompe el aire con una estridente frecuencia cuando ve que la chica respira con dificultad y que lleva consigo un cadáver y dos personas cercanas a ello.

La chica sonríe al verse rodeada de la gente a la que que quiere, pero sabe que aún falta alguien muy especial para que la escena esté completa...

Y ese alguien no tarda en llegar. Un rugido rompe el viento y unas poderosas ráfagas sacuden a todo el mundo cuando la enorme dragona aterriza y empieza a correr, de forma un tanto patosa debido a sus numerosas heridas, hacia al cuerpo de su jinete. Salem sabía que no había muerto desde que había despertado.

"Salem..."

"Hola, pequeña... Los dragones son un hueso duro de roer, ¿De cuantos metros has caído?"

"¿Y me lo dices tú?... Te va a costar salir de esta..." La voz de la dragona parece romperse cuando dice eso, ya que su profunda conexión con su jinete le hace saber que no va a sobrevivir a lo que acaba de pasar.

"Si... Soy alguien duro de pelar..."

Ahora la chica se dirige a todo el mundo, hablando con un hilo de voz difícilmente audible. Sus hermanos, su padre, sus amigos, todos se acercan a ella, incluso Esjalar, que acaba de recuperar la consciencia, se arrastra un poco para oír lo que la chica tiene que decirles.

-Chicos... Os quiero... No puedo... Estoy tan cansada... Lo he conseguido... Azazel ha muerto. Muy largo de explicar, pero no matéis a Tánatos... Por favor... Han entrado- Una tos seca interrumpe sus palabras, pero logra reponerse y continuar - Demonios... Muchos. Puede que más de mil pero... Yo ya he hecho mi parte... Ahora os toca a vosotros... Papá... Slig, Hogre, Svent...- Dice, ahora girándose hacia sus hermanos y su padre, que tienen los ojos llorosos, al igual que ella -Lo siento... No pude hacer nada... Mamá... Ella ya no... Por favor, perdonadme...-

Eren, su padre, niega con la cabeza con vehemencia a la vez que le responde, a punto de llorar.

-No, pequeña, no ha sido tu culpa... Lo has hecho muy bien, cariño...- 

Salem asiente lentamente.

-Decidle a todo el mundo que siento no haber podido hacer nada más... Hubiera deseado poder dejaros en un mundo completamente seguro pero... No he podido... Supongo que ahora os toca a vosotros- Se para un momento, como si pensara en que tiene que decir. De repente, se gira para mirar a su dragona con un aire decidido.

-Creo... Creo que ya tengo un nombre para ti...-

El enorme reptil se aceró a la chica con delicadeza para oír mejor lo que la chica va a decirle.

-Lilith...-

"¿De verdad quieres este nombre para mí?... Significa muchas cosas para ti"

"Precisamente por eso... "

"Es un nombre precioso"

"Lo sé... Te va como un anillo al dedo. Te quiero, pequeña"

-Chicos... Os quiero-  Dijo en voz alta.

Estas fueron sus últimas palabras.

Su cuerpo se relajó de repente. Y entonces todos se derrumbaron.

Las lágrimas empezaron a regar el suelo como si fueran saladas gotas de lluvia y pronto los sollozos rompieron el silencio del campo desierto, que los demonios ya hacía rato que habían abandonado. 

El padre de Salem lloraba por haber perdido de una sola vez a su mujer y a su hija, y sus hermanos a una madre y a una hermana. Los demás... Una amiga, una chica a la que amaban y tenían cariño como si fuera de la familia y, más de uno, como algo más.

Lilith soltó un bramido que hizo temblar el suelo mientras enormes lágrimas rodaban por sus escamas hasta caer al suelo y cristalizarse.

Aún así, pese a todo lo que había pasado, pese a todo lo que iba a pasar, pese a toda la tristeza, la muerte, el dolor... Salem sonreía. Murió sonriendo.





Danza de demonios: La chica y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora