Danza de demonios: La chica y el dragón

Llave

Me quedo mirando la puerta con aire dubitativo. No tenemos tiempo para tonterías, así que entro. Demasiado tarde para pensar en que debería de haber llamado. Me encuentro a Selene discutiendo con unos cuantos profesores.

-¡Se especificó que ESO solo sería usado en casos de emergencia- Un profesor golpea la mesa con su puño.

-¡ESTO es una emergencia! ¡Los demás colegios ya han ignorado nuestras peticiones de ayuda! ¡El ejército nacional tardaría horas en llegar! ¿Si no hacemos esto cómo nos defenderemos?-

-¡Podemos reforzar la barrera! Entonces podríamos esperar al ejército y evitar medidas tan...-

-¿Drásticas? ¡No seas tan anticuado! ¿qué pretendes?¿ Que no usemos algo que ha estado aquí por milenios y esperar al momento en que lo necesitemos de verdad, y sea tan antiguo que se caiga en pedazos? ¡El momento de usarlo es ahora!-

-¡Si reforzamos la barrera no será necesário! Con todos los magos y los alumnos de mayor grado podemos mantener una barrera alimentada desde el interior-

-No- Intervengo en la conversación y todo el mundo se gira para mirarme.

-¡Salem! ¿Se puede saber qué...-

-No podemos... Porque ya están dentro-

Un silencio tenso invade el lugar como una nube tóxica.

-¿Qué quieres decir?-

-Nos han engañado. Disfrazados de profesores, han llamado a todos los del grupo "S" y nos han llevado a un callejón sin salida. Han puesto una barrera y se han largado. Creemos que han ido a la zona de alimentación de la barrera... Esté donde esté. Nos las hemos arreglado para escapar... Pero ahora hay muchos grupos pequeños de hombres armados. Con un poco de suerte, los del grupo "S" se habrán dispersado por el castillo y se las apañarán, pero a este ritmo, y con tan poco entrenamiento, no tardará en haber bajas, si es que ya no las hay-

-Oh dios mío...- Selene parece consternada, pero en seguida adopta un aire de férrea resolución

- No hay tiempo para discutir. Bajad al quinto sótano. Tenemos que despertar a la élite-

Los profesores asienten con aire serio en sus caras.

-Chico, acompañadles. No tenemos tiempo para ir a buscar armas, y las que ellos pueden producir durarían demasiado poco y consumirían demasiada energía. Serviréis de apoyo, y lo que contéis con algo de idea de estrategia podéis legar a ser de ayuda- Selene despliega un mapa del colegio sobre su mesa y lo mira durante un rato mientras dice todo esto.

El quinto pasillo después del comedor. En la estatua de uno de los fundadores, no me acuerdo de cual, hay una ranura en la bola del mundo que sostiene, introducid esta llave- Dice a la vez que me la alarga- y se abrirá un pasillo que acabará en un ascensor. Ignorado todos los botones, tenéis que decir en voz alta: Quinto sótano. Si no, os llevará a otro lugar, del cual es mejor que no veáis el contenido... Una vez ahí los profesores deberían de saber qué hacer-

-¿Qué se supone que van a hacer?- Tengo mucha curiosidad.

-Que os lo expliquen por el camino, ahora mismo no podéis quedaros, has dejado claro que no tenemos tiempo. Cuando volváis dividiros: Los profesores guiarán a los alumnos desperdigados: Os encargo uno de los ejércitos más antiguos que existen ...a vosotros-

-¿Como que uno de los ejércitos mas antiguos...?- Antes de que termine la frase, Selene me interrumpe.

-Que os lo expliquen por el camino. Cada segundo puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. ¡Corred!-

Su orden hace que los que estaban sentados se levanten de un salto, y que los que estamos de pié empecemos a correr de forma casi desesperada. Quinto pasillo. Estatua. Llave. El camino es lo que más claro está en mi mente en este momento. Mis pies vuelan sobre el suelo. Los que están detrás de mi apenas pueden seguirme, sobretodo los profesores.

Llego a la estatua en seguida, pero hay algo con lo que no había contado...

Bía y Dimitri llegan los primeros, y miran la expresión de piedra del monumento, levantando la cabeza.

El resto del grupo llega en seguida, y se quedan helados delante de la estatua. Al menos ya podemos usar la magia... Y yo tengo alas. Algo de agradecer, porque la estatua mide por lo menos cincuenta metros.