Una patada en el costado me despierta de repente. Es un golpe flojo, no me hace daño, pero el susto es importante, así que pienso en quien me ha dado la patada y en todos sus ancestros durante el rato que tardo en desperezarme.
Miro delante y veo como Luften hace equilibrios para conseguir ponerse una bota. Me debe de haber dado una patada sin querer, así que intento olvidarlo todo y me aliso la ropa, con la que me dormí. Aún aguantará un día mas.
El elfo está muy despeinado, y la sesión de equilibrismo para ponerse la bota termina con la mesita de noche en el suelo.
-Se supone que tengo que cuidar de este...- Digo por mi misma cogiendo mis cosas y poniéndolas en la bolsa negra.
-Tsss, un poco de respeto a tu futuro profesor...
-¿Al final serás mi profesor?-
-Sí, enseñanza sobre las criaturas mágicas, en concreto, seré el profesor sustituto, se ve que el elfo que lo hacía está ocupado, y soy el único de mi especie ,mas o menos disponible-
-Vaya...-
-Al menos tendrás suerte, empezaré la guía contigo ya a mi lado-
-¿La guía?-
-A los no iniciados se les enseña el colegio, lo básico, normalmente, y a la hora de cenar se les lleva al gran salón. Allí, se supone que su corazón debe guiarles hacia una de las mesas, de cada una de las siete casas, y la mesa hacia la que vayan, será su futura casa-
-¿Cuales son las casas que existen?-
-Cada uno tiene el nombre de algún animal mágico importante, hay dragones, rocs, unicornios, grifos, leviatanes, hipocampos y minotauros. Cada una de ellos se supone que representa ciertos rasgos de la personalidad, pero bueno... ¿Lo tienes todo?-
-Sí-
-Perfecto, ahora tenemos que ir a buscar a los otros alumnos-
-Dónde están?-
-Se supone que los magos les han llevado delante de la puerta del gran salón. Como es mi primer año, tengo que hacer yo la ruta para "practicar"-
Salimos de la habitación y atravesamos el pasillo otra vez. No estamos mucho rato hasta que vislumbramos la luz del día y salimos a la superficie, donde los mismo jardines afanosos de ayer nos envían un cálido olor a hierba fresca. Delante de la puerta de el gran salón, un grupo de chicos de mi edad nos espera, totalmente en silencio y con aire nervioso.
Vislumbro todo tipo de razas, muchas de las cuales no sabía siquiera que existieran, una chica con la piel azul celeste, pelo violeta y los ojos negros llama mi atención, al igual que un chico de pelo rojo intenso y estatura muy baja (posiblemente un enano)y una chica que le pasa dos cabezas al mas alto, que tiene una retahíla de pendientes atravesando sus orejas en álgulos muy extraños. Es curioso todo lo que podré conocer estando aquí. La chica me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa. Parece que haré algunos amigos.
El elfo se planta delante de los chicos sonriente y con aspecto relajado. Yo prosigo hasta juntarme con el grupo, que me mira con curiosidad antes de volver a mirar al elfo.
-Buenos días, chicos, mi nombre es Luften, y este curso seré vuestro profesor de aprendizaje sobre las criaturas mágicas, espero que podamos disfrutar de un buen curso. Ahora os enseñaré unos cuantos sitios del colegio, y a la hora de cenar, decidiréis vuestro curso. Seguidme-
Entonces Luften realiza un giro elegante y empieza a caminar hacia un pasillo bastante grande con una serie de cartelitos a un lado, que indican a dónde dirige éste. El elfo camina con aire elegante y ágil, pero no me impresiona. Casi se mata intentando ponerse una bota esta mañana. Ya veremos cuanto le dura la agilidad élfica. El pasillo se amplia hasta desembocar en una serie de escaleras dispuestas en fila. Las escaleras suben, se entrecruzan, se enroscan hasta que no puedes distinguir cual es el final de cual. Esto sería un cáos de no ser por los numerosos carteles que indican de todo. Seguramente muchos alumnos se perdieron antes de que se fijaran estos.
El elfo gira bruscamente y se dirige hacia otro pasillo, mas estrecho del que venimos. De repente, el pasillo termina en una puerta, mas bien pequeña. Luften la abre y dentro se ve un aula llena de frascos, botellas, marmitas, probetas y una infinidad de objetos que no sé ni lo que son.
-Ésta será vuestra aula de pociones, aquí aprenderéis a fabricar todo tipo de potingues y esas cosas...-
Los chicos parecen sorprendidos por la informalidad del elfo. Eso, sumado a su apariencia juvenil, no le da aspecto de profesor. El elfo cierra la puerta, sin dejarnos entrar. Hace aman de marchar hasta que ve las caras, de sorpresa absoluta, de todos nosotros. Ahora sí que me ha pillado desprevenida, pensaba que íbamos a entrar.
-Hoy no entraremos, no sé lo que me harían si se llegara a romper algo, y eso trastos de cristal tienen la manía de caerse por todo, así que será mejor no entrar.-
Unos cuantos chicos se ríen, incluida la chica de piel celeste, que tiene una voz clara y aguda.
El resto de la mañana es relativamente entretenido: Vamos a numerosas aulas y Luften nos presenta a algunos profesores. Cuando es la hora de comer, vamos a un pequeño comedor donde nos sirven un plato de arroz con verduras salteadas y unos panecillos de semillas. Todo delicioso. La chica celeste se sienta a mi lado, y entabla conversación conmigo.
-Parece que ya conoces al elfo... ¿Fue tu elector?-
-¿Eh? Ah, sí, el se encargó de el borjar de mi pueblo y fui escogida... Fue una sorpresa para todo el mundo, no aparecía un mago desde hace generaciones, así que no parecía que fuera a pasar nunca mas... Me alegré mucho, la verdad,yo me llamo Salem, ¿Y tu?-
-Yo soy una mestiza, me llamo Celeste, mi madre es una dríada y mi padre un elfo de los bosques, pero vivíamos en el borde de un pueblo bastante grande, así que estaba asignada al colegio como una humana. El responsable de mi borjar fue una mujer con el pelo blanco, ya con una edad, que se sorprendió al verme ahí, fui elegida y al menos el viaje fue muy corto, porque nos encontrábamos a un día de viaje de la capital, así que he estado entretenido, visitando las tiendas de magia y algunas de mas, curioseando por aquí y por allá... ¿Tu también te encontraste con la mujer de blanco en la tienda de amuletos? Me dio un buen susto en cuanto la vi, aunque parece muy buen....
La chica habla y habla entre bocado y bocado. Su voz resulta hipnótica, con una cadencia y una dicción impresionantes, sumadas a su precioso tono de voz. Es impresionante como alguien puede hablar tanto rato seguido, solo para cuando Luften nos dice que nos levantemos, que va a enseñarnos algo muy especial. El elfo me tiene intrigado, no me había contado nada sobre esto...
-Venga, ¿a qué esperáis? ¿Queréis que se duerman o que?-
-¿Que se duerman? ¿Qué se supone que vamos a ver?- Pregunta un chico entre el grupo de gente.
-Oh, me temo que eso es una sorpresa...-
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Danza de demonios: La chica y el dragón
FantasíaUna extraña mujer que porta dos poderosas espadas y algo aún más misterioso consigo. Una chica a la que, de repente, el mundo se le hace muy grande, y que descubre que, en realidad, poco sabe sobre sí misma. Un trato antiguo, mantenido en secreto, q...