Final de festival y visita inesperada " No deberías estar aquí"

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-Una semana después-

Recuerdo con alegría todo lo que ha pasado en el festiva, e intento borrar de su mente lo que sé. EL festival ha sido un evento alegre y colorido, fuera de toda preocupación.

Los alumnos confían mucho en nuestra directora... Incluso demasiado, así que los rumores acerca del evento del primer día se eliminaron en cuanto la cosa se puso interesante. El partido fue muy intenso, y terminó en un empate contra el grupo de Japansk, rápidos y hábiles. Sus Orms son blancos con puntos rojos, combinación que dañó los ojos a mas de uno.

Hoy, es el banquete de despedida, y algo me dice que algo va a pasar. Alejo mis preocupaciones y empiezo a vestirme con la sencilla prenda multiusos que Luften me regaló. Tiene diversas formas, entre ellas una cómoda ropa deportiva de dos piezas y un elegante vestido negro que me deja una pierna a la vista. Me pongo los pendientes y unos zapatos que Celeste me ha prestado porque dice que le van pequeños. Me cuelgo el collar y me reviso en el espejo.

Me fijo en algo. Mi pelo tiene, escondido bajo matas y matas de cabello negro, un diminuto mechón blanco. No esperaba que cuando me dijeron que los dragones cambian a sus dueños fuera algo tan literal. Me fijo en mis ojos, mis orejas, mi piel, la forma de mi cuerpo... Nada de nada. Puede que ni siquiera sea por su culpa, y que sea una tontería pasajera. Me giro y veo que mi dragona se está lamiendo una pata, arrancando la suciedad y dando brillo a sus escamas.

-Bien pequeña. Otra vez lo mismo-

Repetimos la rutina del día de la bienvenida. Nos cruzamos con mucha mas gente, eso sí. Casi todos los chicos van con traje o similares, y las chicas levan vestidos, que van desde piezas minúsculas hasta vaporosas y largas faldas que les dan un aire etéreo y místico. Todo el mundo lleva algún animal: Un búho en su hombro, un lagarto enroscado en su brazo... La mascotas parecen adormiladas, aunque seguramente el banquete las despierte de golpe.

Vamos hacia el gran comedor y entramos, y vemos como las mesas se han despejado para dejar ver una pista de baile, ocupada por muy poca gente. La mayoría se encuentra en las mesas, apartadas, comiendo, conversando y riendo de forma alegre.

Me dirijo hacia ahí y empiezo a hablar con Gnist. La noche transcurre sin muchos problemas. Algunos alumnos muestran claros signos de borrachera, pero se ve que esto es algo normal, sobretodo en aquellos que, pese a encontrarse todavía en el colegio, son mayores de edad.

Las horas pasan, y la dragona se enrosca cerca de mi y empieza a dormitar. Llega un momento en el que el aire sofocante del salón me agobia, y tanta gente me impulsa a intentar salir de aquí.

-Levántate, vaga- La dragona se despierta de mal humor, pero debo de tener muy mala cara, porque en cuanto me mira se levanta en seguida y me da un lametazo cariñoso en la mejilla.Su lengua raspa mi piel y me la deja irritada.

-Venga vamos- Ella empieza a seguirme.

"Salem ¿Estás bien?"

La cálida voz del animal irrumpe en mi mente con delicadeza. Nunca había hecho esto, pero no sé cómo me las arreglo para responder, como si lo hubiera hecho toda la vida.

"No... Tengo la sensación de que algo horrible va a pasar dentro de poco"

"Algo huele a muerte en el aire" El dragón husmea a su alrededor.

"Vayamos a tomar el fresco fuera, puede que nos siente bien"

Abandonamos el salón y empezamos a dirigirnos hacia uno de los jardines, situado al lado de una fuente en forma de mujer, que arroja agua infinita desde un decorado jarrón. El agua está llena de espuma, y rozo su fría superficie con la punta de los dedos, sentada en uno de sus bordes. 

La piel se me pone de gallina. Se acerca el invierno, y el frío en crecimiento no hace mas que recordarnos que los días de ir a nadar al lago se terminan. Quizán un vestido ligero no fue la mejor idea.

Alejo mi mano del agua y empiezo a mirar mi collar. La luz de la luna se refleja en él y le da a los pétalos transparentes el brillo de las estrellas. Dentro de poco tendremos fiesta y podré ir a ver a mi familia otra vez...

Un movimiento en un lado de mi campo de visión me distrae. Algo corre por el inclinado tejado de una de las alas del castillo. ¿Un fuego fátuo quizá? ¿Un animal escondido en la oscuridad en busca de comida?

Me fijo mejor y veo que, en realidad, se trata de una persona. Se dirige con rapidez al ala central, la torre mas alta. El lugar donde está Selene.

"¡Mierda!" ¿Qué se supone que debo hacer? No me da tiempo de ir a avisar a ningún porfesor, y los archimagos se encuentran o bien en el baile o bien en sus habitaciones. No me puedo teletransportar hacia dentro del castillo... Y encontrar a alguno de ellos entre tanta gente me costaría demasiado tiempo...

Tomo una decisión rápida... Empiezo a teletrasnportarme... Pero no voy hacia dentro del castillo precisamente. 

Irrumpo delante de la figura, que se detiene justo antes de chocar conmigo. Salta hacia atrás y un chico con el pelo blanco me mira con sorpresa. Recupero mi equilibrio, sorprendida por el desnivel que ofrece el tejado. El chico habla, recuperado de su sorpresa inicial.

-No deberías estar aquí-

Justo después de decir eso, desenvaina una enorme hoz de color de plata, y adopta una pose de lucha.

"¿En que lío me he metido?"


Danza de demonios: La chica y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora