Celda compartida

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Tánatos me bloquea de una forma tan sencilla que resulta incluso humillante. Para mi espada con la mano desnuda, como si fuera de juguete, y cuando intento recuperarla su agarre es tan fuerte que no puedo. Es como intentar ganar tirando de una cuerda a una piedra.

"Demasiado poderoso"

Mi dragona intenta apartarme, pero Tánatos ya ha posado sus pies sobre su lomo. Ya le tengo delante. Ahora, en mitad de un terreno reducido, sin posibilidad de escapar o tramar ninguna estrategia válida, ¿Qué posibilidad tengo?

Me reconforta saber que, al menos, ninguno de mis amigos sufrirá o morirá... La dragona es la única que me preocupa pero, llegado el momento, puede, simplemente, huir. 

Tánatos lanza mi espada y esta se queda flotando en el aire, haciendo imposible su recuperación... El hombre me coge por al brazo y me levanta de forma que no toco el suelo... Bueno, la espalda de la dragona. Ahora mismo me estoy dando cuenta de lo exageradamente alto que es... Y fuerte. Me levanta sin esfuerzo, como si fuera una muñeca de trapo.

-Vaya... Así que por fin tengo mis manos en ti... Quien iba a decirlo. Oh, no tienes ni idea de lo duro que te han estado buscando mis soldados... Desde que perdí el contacto con tu madre no hay forma de encontrarla... Lilith sabe esconderse bien...-

No sé de qué me está hablando. Sus palabras me resultan confusas y su cercanía a mí me causa agotamiento, que empieza a sumarse al que ya tenía de antes. Tánatos me mira de forma burlona y se echa a reír.

-¡No me lo puedo creer! ¿Ni siquiera sabes su nombre...? Vaya, es impresionante... Y retorcida, ¡Como me esperaba de mi hermana!-

Cada vez comprendo menos de lo que me está diciendo... Empiezo a ver borroso y me siento mareada... No... No puedo perder el sentido ahora...

La vos del monarca empieza a sonar muy, muy lejana, como si se viera distorsionada; como si lo oyera bajo el agua o con la cabeza metida dentro de un saco.

Todo empieza a oscurecerse y, de repente, todo se vuelve negro.

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Me sorprende que la chica haya tardado tanto en caer. Un simple humano hubiera caído inconsciente con el simple contacto de mi piel si lo deseaba, pero esta ha aguantado lo suficiente como para hacerme suponer que tiene una resistencia digna de admirar. Aún así, tampoco ha sido la gran cosa... No he tenido un combate real desde que enfrenté a su madre... Mi hermana siempre fue muy fuerte... Pero desapareció con rapidez cuando se lo propuso.

Suelto a la chica, que cae encima de la dragona como un peso muerto. El animal, enfurecido, intenta atacarme, pero la esquivo con facilidad. Es fácil ver que no quiere moverse con demasiada violencia por miedo de tirar a su jinete desde esta altura... Y cuando un enemigo es predecible, es débil.

Un golpe seco en la base del cuello deja inconsciente al enorme reptil, que empieza a caer en picado hacia el suelo... Supongo que, simplemente, morirá por el golpe, así que cojo a la chicay me voy, mientras el enorme animal aún se encuentra cayendo. En pocos segundos oigo el estruendo de su cuerpo impactando contra el suelo... Pobrecita... Aunque me da más pena Salem. Se ve que los jinetes y los dragones tienen una conexión especial, por lo que seguramente haya sido como arrancarle un trozo de cerebro... Veo como, efectivamente, la chica se retuerce un poco en mis brazos, como si tuviera una horrible pesadilla... No le dará tiempo de superarlo... Seguramente muera antes.

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Un campo cubierto de verdes hojas se extiende hasta donde alcanza la vista. Los ajos, cebollas y otra verduras se encuentran a punto de ser cosechadas, y sus plantas presentan un follaje verde claro. Sin embargo, algo interrumpe la verde lisor de forma abrupta: Un grupo de personas.

Danza de demonios: La chica y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora