Decisiones para el regreso

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-¡¿Se puede saber cómo lo han sabido?!- Selene grita hacia una bola de cristal suspendida en el aire, perdiendo los estribos por primera vez en mucho tiempo. La directora suele mantener la calma, pero esto ha sido la gota que ha colmado el vaso. Una rebelión de adolescentes es lo último que necesitan encontrarse cuando vuelvan a Hogskola con Edel. 

Al menos parecía que sólo lo sabían los dragones, ya que eran los únicos que habían sido pillados hablando de ello, y los demás cursos no parecían alterados. El descubrimiento de que los alumnos sabían que Necros puso un demonio dentro de Salem fue pura casualidad, un profesor les oyó hablar sobre ello.

Selene está enfadada. Con esta ya van dos veces en las que los alumnos espiaron las conversaciones ajenas, tendrán que poner más vigilancia en la torre de profesorado... Los conjuros contra dispositivos de escucha se deben de haber quedado anticuados... 

Selene suele ser partidaria de la innovación tecnológica, y le encanta investigar las intrincadas conexiones entre tecnología y magia, pero en estos momentos maldice a todos los inventores y a sus respectivas familias.

Edel mira a la mujer con una sonrisa en la cara. Los humanos jóvenes (Aunque a ella todos le parecen niños) suelen ser muy temperamentales. Edel hace años que no se enfada, o al menos no de esta forma. La calma invade su mente en todo momento. Edel es lo mas parecido al Nirvana que te puedes encontrar... Si no se tiene en cuenta que su infinita curiosidad puede llegar a ser incluso molesta, además de un poco de malicia. Que le hace seguir viva hoy en día.

-Relájate, Selene. ¿Pensabas luchar contra Tánatos a escondidas del mundo? Tarde o temprano los alumnos iban a descubrirlo. Eres una mujer inteligente, así que no pierdas el tiempo indignandote y dime, ¿Qué piensas hacer?-

Selene mira a la elfa sorprendida, y baja la cabeza, un tanto avergonzada. No le gusta enfadarse, pero le gusta aún menos que la gente le vea así. Respira hondo y cierra los ojos, mientras el profesor que se encuentra al otro lado del comunicador observa la situación, sorprendido.

Selen abre los ojos y parece haber tomado una decisión.

-Les diré todo-

Edel sonríe, y antes de que el profesor empiece a poner pegas, ella empieza a dar sus motivos.

-Es obvio que algún alumno se irá de la lengua tarde o temprano. Es mejor que, nada más llegar, convoquemos una reunión extraordinaria y se lo contemos todo a los alumnos. Los que no lo sepan empezarán a confiar más en nosotros, y los que ya lo saben pensarán que, simplemente, se enteraron demasiado temprano y que pensábamos decírselo en persona. La presencia de Edel servirá para templar el ambiente y dar mas seguridad, y aprovecharemos para augmentar la seguridad del castillo tanto hacia fuera... Como hacia adentro-

Selene mira a Edel con una sonrisa orgullosa, como si esperara su aprobación, y Edel asiente, como si se enorgulleciera de la chica que, algún día, fue su alumna. Selen vuelve a girarse en dirección al dispositivo y le habla directamente al profesor.

-Vigila los ánimos de los alumnos, hemos estado cuatro días para venir, pero confío en que, ayudados por la magia y el buen tiempo, conseguiremos volver en dos. Informa a los alumnos de que tenemos algo importante que decir a nuestro regreso y que venimos con Edel, la curiosidad les mantendrá en vilo. Nos pondremos en marcha ahora mismo, los Orms vendrán dentro de poco, los hemos llamado hará una hora, y Salem puede que incluso pueda hacer una avanzadilla en dragón... Ya lo decidiremos en el vuelo, ahora estamos ocupados organizando el viaje otra vez...-

-Muy bien... Haré lo que pueda-

-Me alegro, entonces te dejo, los Orms vendrán dentro de poco y no quiero retrasar nuestra salida-

-Entiendo-

La conexión se corta, y Selene se gira para ver que Edel ya ha marchado de la habitación, seguramente a recibir a los Orms... Los elfos son unos amantes de los animales, y Edel no es una excepción, de hecho, es todo lo contrario... De ahí todos los animales exóticos que tiene en su santuario.

Selene sale y ve a Edel y a Salem delante del ave Roc que llevó a la última a una habitación en cuanto se desmayó. Es uno de los animales mas viejos del lugar, por lo que Edel decidió dejarle a cargo temporal del lugar cuando ella supo que tendrá que marchar. El animal escucha a Edel de forma atenta, y levanta el vuelo en cuanto esta termina, para terminar posándose en lo alto de una torre del templo y vigilar de forma amenazadora la vasta extensión de bosque que se extiende delante de él. 

Edel empieza a explicarle a Salem que apenas se moverá para comer, pues los Rocs son bestias feroces, fieles, y muy inteligentes, por lo que el ave a la cual le ha encomendado la vigilancia del lugar sabe perfectamente lo importante que es lo que está haciendo.

Los Orms llegan, retorciéndose en el aire, junto a la dragona, que estaba de caza, como delatan sus colmillos ahora rojizos y el hilo de sangre seca que recorre la comisura de sus reptiles labios. El dragón se acerca a saludar a Salem, y empiezan a hablar mentalmente sobre la productiva cacería.

Los dos directores restantes no tardan en llegar, y Edel pide permiso a Salem para volar con ella en su dragona. A ninguna de las dos les parece mal, por lo que el viaje empieza pronto, con la dragona con dos personas a cuestas y tres serpientes voladoras gigantes que se retuercen a su alrededor.

Las figuras de los cuatro enormes reptiles alados se recorta contra el horizonte, sobre el cual el sol empieza a decaer, y el Roc observa como se alejan, convirtiéndose en lejanos puntos negros hasta fundirse en la nada. Luego el ave vigila. Y vigila. Y vigila.

Mientrastanto, a lo lejos, cinco magos discuten qué hacer en cuanto lleguen, mientras una alumna piensa en cómo será recibida, ahora que todos saben lo que es y quien se lo hizo.

Danza de demonios: La chica y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora