DAME UN POCO DE TIEMPO

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El consejo se reunió ése mismo día a petición de Hamult para deliberar el destino de las niñas.

-Ya esto lo veíamos venir,  pero ahora que tenemos el problema aquí, no sabemos qué hacer. No estábamos preparados-comenzó Graier, el mago más veterano.

-¿Quién iba a imaginarse que serían hijas de Saabi?-continuó otra mujer.

-Debemos entrenarlas-afirmó Kirriwn, un joven apenas ingresado en el consejo.

-Eso está claro-respondió Hamult-. La pregunta es con quién.

-¿Tu no podrías hacerlo Taloma?-preguntó Jouve. Taloma,  quien  permanecía en el estrado más alto,  no abrió la boca.

-¡Sí!-hizo segunda Urgid, la esposa de Graier-. Ya que eres su abuela...

Taloma se puso de pie, callándolos en seco.

-No pueden hablar de mis nietas como si fuese heno, ni siquiera sabemos sí son magas o no.

-Pero la profecía asegura.....

-¡La profecía no asegura nada!-estalló la mujer.

Hamult se puso de pie también para calmar la tensión.

-Taloma, sé bien cómo debes sentirte. Éste tema es muy delicado y son tus nietas, pero no podemos dejarlas aquí. Sabes que ellas son las  niñas de la profecía y debemos entrenarlas. No sabemos cuándo aparecerá la verdadera amenaza, pero para el momento en que los demonios quieran atacar a tus nietas, hay que asegurarnos  que no estarán indefensas.

Ella  le sostuvo la mirada desafiante.

-Por favor-insistió él y al final Taloma se sentó, resignada.

-Sé que no podemos quedárnoslas, pero ninguno de ustedes tiene idea de  dónde mandarlas para que estén a salvo y puedan entrenar-contestó.

-¿Y tú sí? Porque sí es así nos lo hubieras dicho desde el principio-se quejó Garier.

-Ten cuidado con tus palabras, anciano-respondió Jouve en defensa de Taloma.

Hamult volvió a poner el orden.

-No hay porqué ponernos agresivos señores-comunicó el mago.

-Yo ya sé a dónde deben ir-soltó de pronto Taloma-. Es un lugar seguro, oculto. Nadie más que el residente y su sobrino residen ahí. Es un viejo monje, amigo mío.

Hamult alzó una ceja.

-¿Estás segura? Podemos buscar a alguien más apto y con condición-opinó.

-No hay nadie más apto que él, si quieren llevarse a mis nietas, allí será ¿de acuerdo?

Todos se quedaron en silencio.

-Que así sea-asintió Hamult, conforme-. Bueno señores creo que eso es todo...

-Lo único que pido...-interrumpió Taloma-. Es que nos des un poco de tiempo para ver qué clase de habilidades tienen estas niñas y... para estar con ellas.

El gran mago tardó en responder, pero al final accedió.

-Como desees.

Las Hermanas DeltaffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora