SE ESTÁN MURIENDO....

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Las palabras la golpearon como una losa. No hubo pausas, no hubo grandes sermones, sólo la cruda verdad. Siempre había creído que ella sería la maldita, porque Sansce tenía todas las herramientas para vencer. Era inteligente y tenía algo que Okono jamás podría poseer; magia.

El aire se le fue de los pulmones.

-Yo...

-Tú tienes el Deltaff-informó llevando una mano al vientre de la muchacha.

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Sansce observaba la explanada desde la ventana en silencio. Muchas personas acudieron a verla el día anterior, pero como siempre, su reina los había dispersado a todos. Los únicos que entraban eran los sirvientes a dejar la comida.

Heinhää ya no pasaba el día entero a su lado vigilando cada uno de sus movimientos, porque tenía muchas que hacer. Aunque la maga apenas si se movía.  Apenas si sentía algo.

Todos sus sentimientos y su misma razón se ahogaron en el momento en que apareció mágicamente en Haew. Su reina la había llamado, y ella estaba ahí para servirle.

Eso era lo único que necesitaba saber. Eso era lo único que era.

Su sirviente.

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-¿Han cumplido con mis órdenes?-inquirió Heinhää a su consejo. Los allí presentes, en su mayoría brujos, habían estado a cargo de  que los reinos anexados a Haew cumplieran con la tarea de verter cada tercer día un cuenco de sangre por persona al mar.

 -Cada uno de los ciudadanos mi señora-afirmó Uyt, un hombre de barba blanca.

-¿Y el ejército?-dijo ella dirigiéndose al ministro de guerra. 

-Los jóvenes cada día son más fuertes, más audaces y más capaces de lo que jamás han sido-informó con orgullo Armat.

-De acuerdo...y ahora...¿cuántas personas han muerto en éstas últimas semanas?-preguntó. Realmente no quería escuchar la respuesta, pero debía hacerlo. 

-Veinte en cada reino mi señora-explicó Salut-. Son pocos pero...hemos visto que varias personas se debilitan cada vez más. 

La demonio frunció los labios. "Se están debilitando" pensó "Los humanos ya no pueden mantener a los demonios en su interior...se están muriendo"

-Es tiempo de que nuestra guerrera entre en acción-avisó a todo pulmón la reina. 

 

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Las Hermanas DeltaffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora