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Capítulo|7:

Alana

Ya iban a dar las ocho y tenía que estar lista porque Martijn vendría a recogerme,Lila iría con Louis,mejor amigo de Martijn y jefe de recursos humanos de la empresa.

—Bien,ya nos vamos. Te veremos allá.—se despidió Lila.

—Si Martijn esta abajo,le dices que suba.—le dije a mi amiga.

—Claro.

—Adiós Alana.—se despidió él rubio,le sonreí y desaparecieron en él ascensor.

Entre a mi habitación y me puse los tacones,llevaba un vestido de satén color dorado largo con un escote en la espalda y una abertura en la pierna izquierda.
Ian se molesto bastante cuando le dije que no iría con él y que iría con Martijn,aunque honestamente no me importa, yo estaba esperando por el.

Las puertas del ascensor sonaron indicando que alguien había entrado,seguro es Martijn,salí de mi habitación y un perfume masculino inundo mis fosas nasales,estaba parado admirando todo él departamento no me imagino que debe estar pensando al ver el lugar.

—¡Que puntual señor Garritsen!—exclamé interrumpiendo su recorrido.

—Alana,me asustaste.—llevó su mano al pecho, me miro de pies a cabeza tal y como él primer día.

—Antes de que digas algo...

—Luces... luces preciosa.—soltó de repente,la sangre se me subió a las mejillas y asentí.

—Gracias,no digo lo mismo porque ya había visto tu traje él jueves así que.—bromee,entre cerró los ojos.—solo bromeo.

—De verdad,te ves hermosa,todos los días lo estás pero hoy no sé... Tienes algo raro.—frunció él ceño.

—Supongo que porque me he recogido él cabello y lo llevó lacio.—me encogí de hombros.

—No es eso, son tus labios.—habló.

—¿Mis labios?

—Sí,los llevas con color rojo y lucen más grandes y bonitos.—respondió.

—Bueno,iré a traer mis cosas para que nos vayamos.—el asintió, fui hasta mi habitación y metí dinero,maquillaje y mi teléfono a mi cartera de mano,me eche un poco más de perfume y salí.

—Listo.—fui hasta donde él y estaba mirando unos cuadros en la pared.

—Cinturón negro 3° DAN grado honorífico máster en jiu jitsu.—exclamó sorprendido.

—Aficiones nada más.—trate de no sonar avergonzada.

—No,es un grado alto de un arte marcial. ¿Algo más que no sepa de ti?—me miró con admiración.

—Que fui reina de la uva.—reí despacio.

—¿Y esa foto?—señaló un gran cuadro¹.

—Fue de una sesión de fotos,fui portada de una tienda de Vancouver casi por un año pero no me gusto él trabajo de modelo así que lo dejé,además que me mude a Seattle.—miré él cuadro junto con él.

—Bien,¿a que hora él diploma de honor y excelencia de la universidad?—miró toda las paredes hasta que lo vio.

—Bueno,tu preguntaste.—me encogí de hombros.

—Y estás soltera...—susurró pero lo escuché.

—Pues sí. ¿Nos vamos ya?—lo miré.

—Sí,¿puedes pedir un uber? No saco mi auto cuando tengo eventos.—me miró.