Capítulo|37:

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Alana

Después de estar explicándole a Demon por una hora acerca de Praya pero seguía haciendo las mismas preguntas.

—Demon eres un idiota, en serio.—dijo Daniel.

—Apoyo eso.—se río Lila.

—Bueno, provecho a todos iré a duchar a Praya y la haré dormir.—me levanté de la mesa y la alce.

Las puertas del ascensor se abrieron y Martijn apareció en ellas, salió de este y camino hacia mi.

—Hola amor.—sonreí emocionada, se apegó a mí y medio un beso.

—Hola, hola chicos.—saludó a mis hermanos y a Lila, los cuales le respondieron con un saludo desde allá.

—Qué bueno que vienes.

—¿Y está bebe?—me miró confundido.

—Es mi nueva hija.—besé la mejilla de la pequeña, su semblante cambio a ser serio y me miró pidiendo que le de una explicación.

—Hablo en serio.

—¿Recuerdas que me salí rápido del trabajo hoy? Fue por esto, se llama Praya y la abandonaron hoy en la mañana, mis trabajadoras hicieron hasta lo imposible para buscarle un hogar o un albergue pero no encontraron, sino había espacio no aceptaban bebes, realmente es triste que niños así queden en la calle por culpa de sus padres y de los mismos orfanatos y albergues, tomé la decisión de traerla conmigo hasta que nosotros terminemos el centro.—miré a la pequeña, se quedó mirándola unos segundos y no dijo nada, le habrá tocado el tema supongo.

—No sé que decir.—me miró encogiéndose de hombros.

—Justo iba a darle una ducha para hacerla dormir, vamos.—lo tomé del brazo y lo arrastré hasta mi habitación, estaba muy callado y eso se me hacía un poco raro.

—¿Cuántos años tiene?—tomo sus manitas para hacerla jugar.

—Me imagino que un año y medio, para las dos por ahí, solo dejaron su nombre en una nota.—saque un pijama de las bolsas de compras y lo deje en la cama, Martijn se había quedado pensativo mientras miraba a la pequeña, se dio cuenta de que me quede viéndolo y reacciono.

—¿Dónde dormirá?—miró toda la habitación.

—En mi cama, es demasiado grande y además no me revuelco mucho así que no creo que se caiga. —reí.

Me quite el vestido y lo remplace por una camiseta grande para estar más cómoda, la lleve a la ducha mientras Martijn miraba televisión en mi habitación, termine de ducharla y la seque bien, su liso cabello brillante le llegaba hasta los hombros, le puse su pijama y la senté en la cama, Martijn estaba recostado observándonos callado, me imagino que pensando en muchas cosas acerca de la situación.

—Oye Marty...—hablé.

—Dime.—me miró.

—Sé que me dijiste que me dirías que paso con Molly ese día que discutimos cuando estés listo pero voy a ser sincera y la verdad es que me incomoda mucho y me preocupa el tema, esta semana has estado muy raro y un poco distante y no lo entiendo, ¿realmente es algo grave lo que está pasando?—peine el cabello de Praya y le puse su chupete para que se quedará quieta, se quedó callado por unos segundos y esquivo mi mirada.

—No tienes por qué preocuparte, es solo el trabajo que me tuvo así.—habló.

—Pero si no hemos tenido muchos problemas o bueno no que yo sepa.—suspire.

—En serio Al.

—Ian me dijo que todo el mundo sabe acerca de algo menos yo, que era la única que no sabia y que según el yo te había perdonado. Necesito que me expliques que está pasando. —me levanté de la cama.

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