Capítulo|38:

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Maratón 1/3

Alana

Abrí los ojos y me estiré en la cama, Praya estaba despierta ya pero estaba distraída jugando con su conejito.

—Buenos días.—besé su frente, mire el reloj y vi la hora, las ocho y cuarto, me moví rápido al vestidor y empecé arreglarme para ir a la oficina, me puse básicamente lo primero que se me cruzaba y lo convine, me cepille los dientes y peine un poco, luego vestí y peine Praya, salí con ella para darle de desayunar.

—¿Tú no entras a trabajar a las ocho? —preguntó Daniel.

—Me dormí, estaba muy cansada anoche. —hablé mientras le prepara su leche.

—¿Más o menos cuantos días voy a cuidarla?—señaló a la pequeña.

—Solo unos cuantos, yo creo que estos 5 días hablaré con Martijn para ver que puedo hacer sino la llevaré a la guardería. —el asintió.

—Okay, dale la leche y le pones una película en la televisión deje sus juguetes en la alfombra y a eso de las diez dale la manzana picada que deje en la heladera, si llora solo mécela en tus brazos.—sonreí.

—Has aprendido en dos días, me sorprende.—levantó ambas cejas.

—Es una niña bien portada, así que no te traerá problemas, ¿Qué quieres que traiga para comer?.—el miro pensativo.

—¿Burger King?

—Está bien,nos vemos más tarde y cualquier cosa me llamas ¿okay?—bese su mejilla y luego la mejilla de Praya.

Subí al auto y lo encendí para irme a la oficina, es más probable que Martijn esté pensando que no iré a trabajar porque discutimos anoche aunque debe estar ocupado con su conciencia. Llegué al edificio y me maquille un poco en el auto, esta vez solo me puse mascara de pestañas y un gloss suave, no estoy de humor ni siquiera para arreglarme.

—Buenos días Alana.—saludaron las chicas.

—Hola.—pasé de largo y abrí la puerta de la oficina, para encontrarme por segunda vez con Molly ahí sentada y Martijn al otro lado del escritorio. Cansada de todo el asunto y el tema, decidí hablar antes de que cualquiera me diga algo.—¿Qué haces aquí?

—Alana.—Martijn habló.

—Vine hablar con Martijn, ¿te molesta?—se relamió los labios.

—¿Tú que crees?—pregunté.

—Bueno lo que crea no importa, vine hablar con Martijn no contigo así que tu escritorio está allá y empieza trabajar. —dijo con tono burlesco.

—Paren por favor.—Martijn habló.

—¿Eso es lo único que vas a decir?, tenemos un monton de cosas por hablar y vas a dejar que se quede...—negó Molly.

—¿Así que pensabas sacarme otra vez? ¿Por qué no me das los horarios de tus citas con ellas? Digo así no vengo en vano a pasar pena mientras tu me escondes las cosas. —miré a Martijn.

—No empecemos por favor.—se tapó el rostro.

—¿No sabe aún?—preguntó Molly mirándolo.

—¿Saber qué?—pregunté molesta.

—Molly por favor sal de mi oficina, hablaremos después.—Martijn pidió de buena manera.

—No, quiero estar aquí para cuando le digas.—se cruzo de brazos.

—Te está pidiendo que te vayas, ¿eres idiota o te haces?—me acerqué a ella y se levantó también, Martijn se levantó de su silla y se paró al medio.

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