Capítulo|26:

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Alana

Estuve charlando casi toda la noche con Lyana y a decir verdad nos llevamos muy bien,tenemos cosas en común, y además es una persona muy interesante y distinta a varias que conozco,es tres años mayor que yo y tiene una hija de dos años la cual no vino porque salio con su padre y también tiene su tienda de ropa porque es diseñadora de modas e incluso hasta me me invitó a pasar por ella algún día.

Divise a Lila charlando con unas chicas y me acerqué.

—Hola.—sonreí saludandoe devolvieron él saludo y miré a Lila.

—¿Qué sucede?—preguntó.

—¿Haz visto a Martijn?

—Esta en él jardín con sus primos y amigos,están tomando.—dijo mirándome.

—Maldición,ya vengo.—salí de la casa por la puerta de vidrio de a sala principal, un enorme jardín donde habían unos sillones y un mini bar cerca,habían muchas personas quizás sus primos y amigos, que incómoda voy a sentirme.

Camine despacio por él jardín hasta que uno de los chicos notó que iba hacia ellos,Martijn se dio la vuelta y me sonrió,se levantó y se acerco a mi.

—¿Qué pasa mi amor?—le quite él vaso de ¿whisky?,supongo,y lo miré.

—Deja de tomar Martijn.—suspire.

—¿Ya quieres irte?—acarició mi mejilla.

—Sí,me duelen los pies.—baje mi cabeza.

—Bueno,vamos a buscar a mamá y nos vamos.—entrelazó nuestras manos y entramos a la casa,se tambaleo unas cuantas veces hasta que encontramos a su mamá y papá.

—Ya nos vamos.—dijo él.

—¡Gracias por venir!—sonrió su mamá feliz.

—No es nada.—la abrace y besé su mejilla.

—Adiós.—dijo Martijn.

—No piensas conducir tu Martijn,estás ebrio.—dijo su padre.

—Y soy consciente de ello,o sea consciente de que estoy ebrio porque consciente consciente no estoy.—los miró.

—Maneja tu Alana.—me pidió Gerard.

—Ya que.—me dio las llaves de su auto,voy a manejar un maldito lamborghini,que emoción.

—Nos vamos ya,adiós.—me agarró de la cintura y salimos de la casa hacia él garaje.

—Espera,si conduces tú como te irás a casa.—dijo Martijn.

—Un uber,lo importante es que tu y tu lujoso auto lleguen bien.—hable.

—Pues yo y mi lujoso auto no son tan importantes como tú, vas a quedarte en mi casa.—exclamó.

—No quiero molestar,no te preocupes.—despegue él auto y él camino hacia la puerta del copiloto.

—Sí me preocupo,no voy a dejar que mi mujer se vaya a las tres de la mañana en uber y de paso sola.—abrió la puerta y esta se elevo hacia arriba golpeándolo.

—¡Martijn!—me tape la boca evitando no reír.

—Estoy bien.—entró sin decir más, apreté  los labios para no reír pero inevitable.

Subí al auto,sin golpearme,me senté y metí l llave.

—Espero que sepas manejar un lamborghini.—dijo él.

—Claro que sí.—hablé ofendida.—Por lo menos no me doy con una puerta al subir.

—Me dolió.—me empecé a reír otra vez y él me miró divertido.—deja de reirte.

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