Capítulo|34:

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Alana

Después de tres días finalmente habíamos vuelto a Seattle, lastimosamente no pude arreglar nada con mamá y no es que me importe mucho, Daniel se vino con nosotros y ahora vive conmigo en el edificio ya que tenemos tres habitaciones, la de Lila, la mía y esa que anteriormente era de huéspedes. Es sábado y lo bueno es que tenemos trabajo solo hasta el medio día.

Abrí la puerta encontrándome con una grata sorpresa, Molly estaba sentada en el sillón conversando con Martijn mientras que el escribía algunas cosas en un papel, trague saliva profundamente y saludé.

—Buenos días.

—Hola Alana. —saludó Martijn, Molly simplemente me ignoró dejé la botella de jugo en su escritorio, ni siquiera me miro y siguió hablando con Molly.

—Martijn.—Molly carraspeó su garganta y me llamó al segundo.

—Alana necesito que nos dejes solos por un rato, no tenemos mucho trabajo hoy así que retírate por favor. —me miró, me quede sorprendida por eso, ¿qué es lo importante que tienen que hablar que no pueden hacerlo frente a mi? ¿Por qué Martijn no me dijo esto? No es que tenga que hacerlo pero debió decirme que estaría con Molly.

Salí de la oficina sin decir nada y me fui a la cocina a beber un poco de café ya que mi jugo lo había dejado y no quiero interrumpir.

Todavía me cuestionó de que estarán hablando, busque en mis bolsillos mi teléfono y recordé que se había quedado en mi bolso que claramente estaba en la oficina.

—Ali, que sorpresa verte aquí.—miré a la puerta y Louis entraba camino a saludarme.

—Martijn está hablando con Molly y me pidió que me saliera, ¿tienes idea de que pueden estar tratando?—pregunté.

—No, no me ha contado nada.—frunció el ceño, preparó tres tazas de té mientras conversaba conmigo de estos días ausentes.

—¿Oye quieres que te ayude a subirlos?—señalé.

—Por favor, no hay una maldita bandeja en esta cocina.—negó, subimos el ascensor hasta su piso y entramos a su oficina, había dos hombres y uno se me hacía conocido.

—Alana Hale.—saludó, uno de ellos era Robb y el otro no recuerdo el nombre, pero con el también salimos esa noche al club.

—Hola Robb, que gusto verte.—bese su mejilla y luego saludé al otro chico.

—¿Nos acompañas Alana?—preguntó Louis.

—No, lo siento pero debo bajar por si Martijn me necesita. —sonreí apenada

—Dudo eso pero bueno.—me miró.

—Permiso.—salí de la oficina nuevamente a la cocina a terminar algunas cosas para hoy.

Llevaba casi dos horas y media sin hacer nada y creo que estoy pensando en irme a casa, no hay señales de que me necesite, termine de hacer las planillas de pago así que voy a entrar dejaré el usb y sacaré mi bolso y me iré porque son las 11.

—¿No ha salido Molly aún?—le pregunté a Claudia.

—Noup, créeme que he estado vigilando esa puerta y no ha salido aún.—suspiro.

—Bueno.

Camine hasta la puerta de madera, deje de lado todo y la abrí.

—Lamento interrumpir pero voy...

—Alana toca la maldita puerta la próxima vez por favor o espera afuera sin molestar, todavía no te dije que podías entrar.—Martijn gritó molesto, abrí la boca sorprendida por su actitud y reaccioné, me moví hasta el escritorio y alce mi bolso colgándolo en mi brazo.

—Aquí tienes tus planillas.—lance el usb a su escritorio y salí literalmente humillada me trató mal y soy una persona muy emocional y sensible, no quiero que me siga, no quiero escucharlo ahora.

—Al , espera.—gritó.

Tenía el corazón acelerado y no podía hablar, me duele el pecho de la sorpresa todavía y sentía mis ojos picar para que soltará lágrimas. Presione los botones del ascensor y este se abrió, entré y cuando las puertas se cerraban Martijn salía de la oficina en marcha hacia mí, es más que seguro que vendrá detrás de mí.

Salí apresurada para que no me alcanzará que choque con un cuerpo al momento en el que corría a mi auto, levante mi cabeza y vi a Robb preocupado.

—Lo lamento mucho.—me disculpe, me ayudo a levantarme.

—¿Estás bien? ¿ qué sucedió?—limpie mis mejillas húmedas y lo mire.

—Sí, yo debo irme nos vemos.—me subí a mi auto mientras que veía a Martijn bajar las escaleras corriendo, mi teléfono comenzó a sonar y era el llamando, salí del garaje y me fuiste hasta casa.

Las puertas del ascensor se abrieron y vi a Demon y Daniel en la cocina, rápidamente cambie mi cara para que no preguntaran que había sucedido.

—Hola.—los salude besando la mejilla de cada uno, estaban cocinando y olía bastante bien.

—¿No salías a las 12?—preguntó Daniel mirando su teléfono.

—Martijn estaba en una reunión.

—¿Vendrá a comer con nosotros?—preguntó esta vez Demon volcando las pechugas de pollo supongo.

—No lo sé.—suspire, me senté en el mesón y los miré, habían preparado una ensalada verde con pechugas de pollo a la plancha y papas fritas.

—¿Qué pasa Al? Te conocemos y pre siento que ustedes han discutido, además eres mala mintiendo y lo sabes, lo sabemos —habló Demon mirándome.

—De hecho no tuvimos ni tiempo de discutir, estuvo toda la mañana encerrado en su oficina con Molly, entré a sacar mis cosas de la oficina para volver a casa y él estaba enojado que me gritó y me habló mal.—los miré.

—¿Quién es Molly?—preguntó Daniel.

—¿Qué te dijo?

—Molly es su ex novia, casi esposa, ex prometida y me trató mal solo porque abrí la puerta incluso le pedí disculpas por interrumpir pero reaccionó mal y de la vergüenza me salí de ahí porque me sentí mal y es probable que ahora mismo este en camino al edificio a buscarme porque apague mi teléfono para que no entren sus llamadas.—agache mi cabeza.

—Solo dale tiempo, seguro estaba discutiendo con Molly y cuando entraste tu interrumpiste, ¿si quiera le diste tiempo para que te explicará algo o al menos te pida disculpas?

—Sabes que a situaciones así no reacciono bien, además me dolió que me gritará y no iba a ponerme a llorar frente a la... de Molly. —suspire.

—Bueno, deberías dejar que te explique y te pidas disculpas.—dijo Demon.

—Por favor, las mujeres buscan la mínima excusa para tener a los hombres de malos, Alana está en ese momento en el que quiere que venga y la busque para discutir. —río Daniel.

—Es nuestra primera pelea, bueno la segunda.

—Mujeres.—negó levemente, me baje del mesón y fui hasta mi habitación para cambiarme, me puse unos shorts jeans y arriba una camiseta con escote color blanca.

Salí de mi habitación y me detuve en el pasillo al escuchar la voz de Martijn.

—Está su habitación, me imagino que sabes donde es, pasa.—dijo Daniel, viene para acá, corrí hasta la habitación de Daniel y me encerré en ella.

—Alana, amor...—golpeó la puerta, basta basta no te dejes llevar Desire.





¡Hola chicas! ¡¿Cómo están? espero que bien, disfruten el capítulo y no se olviden de votar y comentar<3 las amo un montón ymuchas gracias a algunas por sus comentarios de apoyo en el anterior capítulo, prometo que no voy a fallarles:)

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