Capítulo|16:

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Martijn

Después de esa interminable reunión y él obvio coqueterío de Julian nos levantamos de la mesa y miré la hora,once en punto de la mañana y está reunión ya había acabado.

—Estoy muerta de hambre.—exclamó Alana.

—Yo de hambre y sueño.—la miré.

—Nos vemos querido Martijn. —Julian apareció interrumpiendo.

—Adiós Julian,que gusto verte.—estreché su mano.

—Hasta luego Alana.—la miró sonriente.

—Adiós.—dijo sin expresión, se dio la vuelta y salió.

Nos despedimos de los demás y nos fuimos hasta él auto,solo quiero ir a comer algo y relajarme un rato,hay mucho trabajo en la empresa y no puedo dejarlo.

—¿Quieres ir a un restaurante o a un patio de comidas?—le pregunte a Alana.

—Cualquiera,solo quiero comer.—me miró suplicante,reí por eso.

—Entonces vamos a Subway,hay uno cerca por aquí.

—Si si si vamos.

Nos dirigimos hacia el local,cuando llegamos Alana se bajo primero mientras yo buscaba un lugar para estacionar él auto.

Deje mi lamborghini casi en la esquina y fui hasta él lugar nuevamente,Alana estaba haciendo fila detrás de una señora mayor con la cual estaba conversando.

—Hola.—sonreí incorporándome a la fila a su lado.

—Hola.—sonrío la señora.—¿Son novios?

—De he...—no la dejó responder y continuó.

—¿Sabes la hermosa chica que tienes a tu lado? Solo mirala,eres afortunado jovencito.—miré Alana y ella estaba casi del color de la salsa de tomate,reí por eso y la abrace por los hombros.

—Es muy hermosa.—le sonreí a la señora.

—Y tu chico no se queda atrás.—le dijo Alana,la fila avanzo y le toco a la señora.

—Dios,que vergüenza.—se tapó él rostro.

—¿Por qué?—le baje sus manos.

—Me da vergüenza que digan esas cosas,me pongo rojita.—me miró dulcemente.

—Te ves linda toda colorada.—acaricié su mejilla.

—Ya no sigas.—bajo mi mano jugando,la señora avanzó y seguimos nosotros.

—Bienvenidos,¿que desean?—una chica nos atendió, miré a Alana y ella habló.

—Yo quiero un cordón bleu con pan integral.

—A mi uno de pavo con pan blanco.—avanzamos y fuimos indicándole lo aderezos que queríamos,pedimos dos jugos de durazno y nos sentamos a comer.

—Estoy muriendo de hambreee.—sacó él papel del sándwich y le dio un mordisco.

—¿Está rico?—asintió con los ojos cerrados.

Empecé a comer y la verdad es que sí, él hambre hacia que la comida se sienta dos veces mas deliciosa.

—Creí que esa reunión no iba acabar nunca,lo único que esperaba era que termine para comer algo.—dijo ella.

—También yo,ya ni recuerdo de que hablábamos.—bebí de mi jugo,recordé que él cumpleaños de mamá es la próxima semana y esta organizando una fiesta y me pidió que invitará a Alana.

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