Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.

capitulo 15, lex autem praevaricator

El día anterior, Amy recordó haber pasado el resto del día en la sala de entrenamiento con Max, escuchando sus historias, extrañas y graciosas. Al caer la noche él recibió un mensaje de Adam, diciendo que la cena ya casi estaba lista, él la había guiado hasta la cocina, aunque se perdieron unas dos veces.

Al llegar se toparon con todos sentados en la mesa listos para comer. La cena había sido larga y divertida, en especial por las discusiones graciosas de rubiales y Sophia. Adam había estado sentado a su lado, y Max del otro, Amy no se sentía incomoda. Hasta casi se había había olvidado de lo mucho que extrañaba a su familia.

Sophia y ella habían salido de la cocina, Adam y Max se había quedado a hablar con Alec, Kim y Daniel se habían ido juntos. Amy le había hablado de lo gracioso que era Mason, incluso le había contado cosas que habían echo antes de que él se mudara a Wisconsin. Sophia se había despedido de ella con la mano y se había metido en su habitación, Amy recordó que Adam le había dicho que su habitación estaba frente a la de Sophia y al lado de la de él. Acertó, se había aliviado al ver su teléfono sobre la cómoda y la chaqueta y vestido sobre la cama. Incluso se impresiono al ver un baúl, en el suelo, a los pies de la cama. Lo abrió y descubrió que había ropa, no tan antigua, pero no tan moderna, dentro de este. También descubrió que era de Sophia, al ver las blusas escotadas y los pantalones largos de las piernas. Después de haberse preparado para dormir, se había recostado en la cama, la cortina abierta, con vista a la ciudad. Al instante se había quedado dormida.

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Despertó al escuchar las bocinas de los autos. Provenían de afuera, ella se había levantado de mal humor, mirando el trafico de Nueva York con odio, mientras mas bocinas sonaban.

Se había metido al cuarto de baño, a bañarse. Después de eso se había cepillado los dientes, para después vestirse con el primer par de jeans pegados que había encontrado, busco una blusa sin escote, la cual no encontró, la menos escotada, era un top, que al principio pensó que era un sostén con cintas, pero había sido un top de vestir. Se lo puso dejando su pálida barriga al descubierto. Se había parado frente al espejo del baño, completamente insegura de usarlo. Los jeans le habían quedado largos a lo cual ella tuvo que doblar varias veces hasta que pudiera esconderlos dentro de las botas negras. Tomó su chaqueta de color negro y salió de la habitación antes de arrepentirse de usar el top.

Agradeció haber intentado memorizar el camino a la cocina la noche anterior. Había entrado a la cocina con la chaqueta corta ocultando su estomago y el top. Daniel y Kim se encontraban discutiendo de algo. Adam y Max hablaban de Fiona pechos grandes, que su nombre de verdad era Freya. Sophia y Alec no se encontraban por ningún lado.

–Hola–la saludó Adam. Max la saludó con la cabeza, se veía agotado.

–Hola–los saludó ella, se sentó ella frente a ambos chicos, al lado de Kim, que seguía discutiendo con Daniel–. Te vez cansado, Max, ¿no dormiste bien?

–Pregúntaselo a Kim–dijo. Parecía intentar no sonar grosero.

       Al oír su nombre, Kim los miró a los tres. Daniel a su lado, saludo a Amy con una sonrisita coqueta. Amy intentó no sonrojarse, ante eso, ya que se veía extremadamente sexy haciendo eso.

       –¿Yo qué?–preguntó Kim, con el ceño fruncido.

    –Gracias por dejarme dormir anoche–dijo Max, sarcástico. Se pasó las manos por el azul rostro–. En verdad lo agradezco. Eres extremadamente considerada.

       Ella se sonrojo, cruzo de brazos y se levantó de la silla. Dejando a su parabatai con una sonrisita en el rostro. Probablemente se estaba burlando de ella en su cabeza. Todos la siguieron con la mirada, ella se acerco al frutero, repletó de Manzanas rojas y uvas. Max se levantó de la silla, se acercó a Kim, ella se dio la vuelta. Él la aprisiono contra la encimera, sonriendo coqueto, Kim frunció el ceño, sonrojada.