Unas manos delgadas y bronceadas se frotaban con desesperación, tanto que la piel empezaba a ponerse roja.
La imagen creció, era Magnus Bane aquel hombre que se frotaba las manos. Estaba en el suelo de una horrible habitación oscura.
–Hice lo que me dijiste que hiciera. Ahora no vuelvas a acercarte a ellos.
Aaron rió cruelmente, como si se estuviera mofando de Magnus.
El brujo famoso y fuerte que había sido hace tantos años atrás ahora era nada más que un hombre con heridas profundas... ¿Qué tan malo había sido par él haber dejado a Alec? la respuesta estaba en su físico, tan delgado que parecía que iba a romperse con un solo movimiento.
–Es su hijo, el otro chico. El de cabello castaño, es su tercer hijo–dijo Aaron. Los hombros de Magnus se tensaron, la vista del brujo sobre el suelo–. Debes de sentirte tan mal por escuchar eso. Por saber que te supero.
Cada parte que Magnus usaba como defensa se derribo y cayo como si hubiera sido el muro de Berlín. El amor que sentía hacía Alec parecía ser el único escudo cubriéndolo de Aaron.
–Debes de sentirte de mierda. Tanto que lo amas y él no tiene interés.
Magnus seguía con la vista en el suelo, cada vez viéndose más herido... Y no físicamente.
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Daniel
Como si hubiera despertado de una horrible pesadilla me caía al suelo, Kim ni siquiera se inmutó en el golpe que di contra el suelo.
Una última imagen pasó por mis ojos, una casa, grande y antigua. En su exterior la pintura gris empezaba a caerse y estaba manchada por los años. Por ultimo la dirección de la casa, supuse.
Me levante, las piernas las sentía pesadas, pero logré hacerlo. Miré a Kim, no podía dejarla aquí, no sin supervisión de alguien.
Me dirigí a la puerta cuando escuche el leve susurró...
–Ten cuidado...
Su voz pareció un golpe en el estomago. Y yo ya no sabía que era más doloroso, la perdida de los que más amaba o la traición de mi parabatai.
Me estremecí al notar lo rota que se escuchaba su voz... lo mucho que me dolía el corazón en ese momento... Eso aumentaba porque ella se sentía igual.
La miré, fruncí el ceño... Ella parecía estar a miles de metros de distancia, pero estaba tan cerca, podía tocarla si quería... pero ella jamás volvería a ser mi parabatai... No como había sido.
–Como si te importara...
Dije, no me sentí un poco culpable cuando una sola lágrima le resbaló por la mejilla y sus hombros se levantaron un poco cuando soltó un pequeño sollozo.
–Si me importas...
Dirigí mi atención a la puerta, olvidando completamente que no había sentido culpabilidad, me dolió saber que en verdad no podía dejar de ser su parabatai que ella era mía y yo suyo por el resto de nuestras vidas... acababa de darme cuenta de que estaba perdido y ella me tomaba la mano en esa horrible sensación que sentía.
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Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.
FanfictionDespués de haber presenciado un gran accidente mientras estaba de vacaciones, la joven Amy Swan descubre un mundo que solo pensó que existían en historias, y con ello la conexión que tiene su familia y ella con este. A lo largo de la historia, ella...