Mason tomó su celular con fuerza, estaba haciendo mucho frío y no sentía los dedos.
Seguía buscando a Amy, lo había hecho por horas y su teléfono no quería ayudarlo. La aplicación tampoco era de mucha ayuda, ya que decía que Amy se encontraba en un lado, pero al parecer al conducir a ese lugar estaba en otro lado.
Estaba apunto de dejarlo para el día siguiente cuando recordó lo imbécil que había sido, las estupideces que le había dicho.
Sintió un fuerte dolor en el estomago. Se odiaba. Amy jamás, JAMÁS lo había abandonado, incluso aunque hubieran discutido, siempre habían estado ahí el uno para la otra. Así eran ellos.
Había algo en la forma de hablar de su amiga que lo había asustado. No sonaba como una mentira o una broma, parecía estar diciendo la verdad.
<Te encontrare, A. Ya no te abandonaré, lo prometo>
Mason estaba en la oscura calle, nadie pasaba por ahí, lo cual era extraño, en Nueva York siempre había gente en las calle, un auto pasó junto a él.
Escuchó un gruñido, como el de un lobo, probablemente era un perro con su dueño... O eso era lo que él quería creer, mientras el miedo se apoderaba de su cuerpo. Dio la vuelta, lentamente y lo vio.
Un lobo.
Mason levantó las manos lentamente, así como intentando calmar al animal. Se veía molesto y mostraba sus colmillos, tan largos y gruesos.
El lobo gruño de nuevo y corrió hasta Mason, él corrió lo más rápido que podía. Pasó al lado de la ventana de una tienda, vio como el lobo saltaba, Mason se tiro hacia un lado, mientras soltaba un grito.
Se metió por un callejón, escondiéndose detrás de un bote de basura, su corazón golpeándole el pecho dolorosamente.
Todo el cuerpo le temblaba, aunque no escuchaba al lobo. Se asomó tan solo un poco y no vio nada.
En ese momento se preguntó si había sido su imaginación o cansancio. Después de todo, era imposible que hubiera un lobo en Nueva York.
Sin saber a dónde dirigirse empezó a correr. Ni siquiera sabía en donde se encontraba, salió por el otro lado del callejón, se detuvo de golpe.
El corazón se le detuvo y sintió que no podía respirar, tenía mucho miedo.
Ahí estaba, el gran lobo. Esa vez pudo verlo con mayor detalle.
Su pelaje era de color blanco y sus ojos eran de un divertido color café claro, y un poco de ámbar en el centro. Una de sus patas era negra y las demás eran del mismo color blanco. Si no fuera terrorífico, Mason pensaría que era hermoso.
Se quedó paralizado, no se movió ningún centímetro, admiro los hermosos ojos del lobo.
El lobo gruñó y corrió hasta Mason.
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Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.
FanfictionDespués de haber presenciado un gran accidente mientras estaba de vacaciones, la joven Amy Swan descubre un mundo que solo pensó que existían en historias, y con ello la conexión que tiene su familia y ella con este. A lo largo de la historia, ella...