Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.

Nota de autora

Voy a llorar! O Raziel, pensé que duraría eternamente y no, ya se acabo, auch, mi bebé ya ah llegado a su fin!! *llora como madre orgullosa*

Me pone sad y feliz al mismo tiempo, lol. Sad porque algunos personajes ya no van a salir tanto en los siguientes libros y que ya nada va a ser como antes, ni siquiera los personajes. Y feliz porque YAY es el primer libro que termino y me gusta el drama de los siguientes libros, muajjajaja, lol.

En multimedia está un dibujo que hice de Amy y Daniel porque... porque los amo, ajajjajaja. Dibujarlos fue tan divertido, en especial a Amy, jajajajajaj. Quienes me digan de que fandom pertenece cada cosa cosa que lleva puesta se ganan un spoiler del siguiente libro!

Quería agradecerles a todos mis lectores por leer, en especial a los que no me han abandonado con el tiempo. También quiero agradecer a los amigos que eh conseguido por este libro, espero que siga siendo así por años y años más.

Ahora sí, les dejo el adelanto del siguiente libro.

La habitación de la gran mansión estaba en sombras y el aire era frío en aquella parte, particularmente en aquella sala. La ropa de ambos se encontraba regada por toda la habitación, en los sillones, sobre el piano, hasta uno de sus guantes estaba en el candelabro de diamante sobre su cabeza y la de Daniel.

Las amables manos del chico pasaban por sus hombros desnudos y sus labios envolvían los de Amy con ferocidad. Sabía que con esos besos sería condenada y que no importaba si iba al infierno condenada por ello, que así fuera.

Ella se encontraba sentada sobre las piernas de Daniel y el calor de su piel desnuda hacia que todo el frío de la habitación desapareciera y se convirtiera en olas de calor. Amy tembló cuando Daniel pasó las manos por su cadera y la recostó debajo de él, la manta estaba helada por culpa del helado suelo.

–Te amo...–susurró ella.

Los ojos de Daniel brillaron y todo a su alrededor quedó en sombras, él pasó la mano por la mejilla de Amy y su corazón dejó de latir. Él acercó los labios al oído de Amy.

–Esto no es real, Amy...