Amy esa noche no durmió, seguía escuchando la voz, diciendo lo mismo.
Daímona, Daímona, Daímona...
Una vez la luz salio dejo de escuchar la voz. Se sentó, abrazo su almohada y empezó a llorar, se cubrió la boca y nariz para que no la escucharan sollozar. Estuvo más o menos una hora llorando, incapaz de parar, esas eran las lagrimas que no había liberado en tanto tiempo.
Una vez que logró calmarse, salio de la cama y tomó una ducha caliente, se abrazo, incluso con el agua tan caliente no lograba calentar su cuerpo, temblaba y temblaba. Al salir del agua noto que la piel le ardía por el agua caliente, pero todavía tenía tanto frío.
Logró calmarse un poco cuando se puso unos jeans y un suéter, mientras se ponía las botas sintió una horrible sensación en su muñeca, intentó ignorarla, pero no podía hacerlo, no dolía, solo se sentía extraño. La miró un par de veces, pero no noto nada fuera de lo normal.
Salio de la habitación, el frío lentamente se le fue quitando, aunque la horrible sensación en la muñeca no lo hizo. Se paso la otra mano por esta todo el tiempo hasta llegar a la cocina. Adam y Alec estaba discutiendo acerca de un libro, Sophie estaba comiendo cereal, al igual que Daniel a su lado. Kim, seria como siempre, comía ensalada de frutas con miel. Max estaba sentado en su silla, escribía en el teléfono.
–Hola–saludo Amy, no se molesto en sonreír a nadie, aunque sin duda debió de cambiar su tono a uno más animado.
Todos menos Daniel y Kim respondieron a su saludo, Daniel no se veía bien y Kim se veía igual de perra que siempre. Amy agradeció a que el lugar vació no estuviera cerca de Daniel o de Kim, de él porque no lo podría ver sin querer llorar y de Kim porque la odiaba y verla le arruinaría más su día. Y agradeció aún más que fuera al lado de Maxie y frente a Adam.
–OH, Amy, Ahira me dijo que te dijera que le llames–le avisó Max, sin apartar la vista del teléfono– . Dice que quiere hablar contigo. No deja de mandarme mensajes diciendo lo mismo.
–Gracias, ¿después me puedes dar su teléfono, por favor?
Dijo, intentó que su voz sonara feliz como solía serlo casi todo el tiempo, pero no estaba bien. Max asintió, pareció notar que no estaba bien.
Miró el plato para cereal frente a ella, estaba vació y tenía bonitos colores dorados y rojos, Amy tomó la caja del cereal y cuando iba a servirse, noto que en verdad no tenía hambre, lo dejo de nuevo en su lugar, captando la atención de sus amigos y Alec.
–Wow ¿estas bien?
Preguntó Soph, junto a Adam. Tomó una cucharada de cereal y se lo metió en la boca, mirándola con atención. Amy miró el plató de Soph y sintió nauseas, es más, ver toda la comida a su alrededor le provocaba ganas de vomitar, aunque no habría que vomitar.
–Estas muy pálida. Deberías de comer algo–le aconsejo Alec.
–Estoy bien, gracias–dijo. Le dio un intentó de sonrisa Alec.
Soph seguía mirando detalladamente a Amy, abriendo su mente como un libro, revelando todos los detalles. Adam, por otro lado, disimulaba. No como Max y Sophie, que no dejaban que se les escapara nada.
Daniel se levantó de la silla y miró a Amy, agradeció que lo hiciera, ya que captó la atención de todos en la mesa, él suspiró.
–Soy un idiota, olvide decirte algo el otro día, Swan.
Amy casi cayo de la silla, estaba segura de que había palidecido más. No lo diría, no frente a todos... ¿O si?
Todos miraron a Amy, Max con la boca un poco abierta, probablemente esperaban a que Daniel le dijera algo que confirmara algo, aunque Amy lo dudaba. Aunque no habría nada que confirmar.
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Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.
FanfictionDespués de haber presenciado un gran accidente mientras estaba de vacaciones, la joven Amy Swan descubre un mundo que solo pensó que existían en historias, y con ello la conexión que tiene su familia y ella con este. A lo largo de la historia, ella...