Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.

EXTRA!: bloody Mary

Sophia se encontraba sentada en un taburete en el bar, había muchos subterráneos guapos que le coqueteaban. Un chico, un licántropo, se mordió el labio inferior al verla. Soph pensó que era muy atractivo, sin duda a Soph le atraían mucho los licántropos, ella le guiñó el ojo, pensó en acercarse a él, pero sí a él le atraía Soph, ella pensó que lo correcto sería que él se acercara.

Adam se encontraba bailando con Kim, era obvio que no estaban pasando el mejor tiempo del mundo, después de todo no solían hablar mucho, casi nunca lo hacían. Soph estaba segura que Adam la había invitado a bailar porque la había visto muy sola, sentada en la barra del bar. Soph rió un poco cuando notó la expresión de Adam, conteniendo el terror, sin duda que le temía un poco a Kim, aveces solía ser un poco terrorífica.

La bartender se acercó con la bebida de Soph, la dejo sobre la barra y la chica miró a Soph coqueta. Soph sonrió sin saber qué hacer, tomó su bebida y dio un gran trago.

Había pedido un bloody Mary, incluso la bar tender se había quedado impresionada, los bloody Mary eran de echo una bebida para vampiros ya que llevaban sangre, Soph obviamente lo había pedido sin sangre, aunque la verdad después se arrepintió. ¿Qué era un bloody Mary sin sangre?

Un seelie alto y guapo se acercó a Kim y Adam, le dio una palmadita a Adam en la espalda y señaló a Kim con la barbilla. Adam, sonriente, soltó a Kim. El seelie tomó a Kim de la mano y la acercó a su cuerpo, poniendo la mano en la cintura de Kim, ella soltó una pequeña sonrisa y le siguió el paso al chico.

Adam se acercó a Soph, se encogió de hombros.

–Por fin–dijo Adam–. Eso fue demasiado incómodo y aterrador, en verdad pensé que me mataría.

       Soph rió, le puso una mano en el hombro a su primo, él tocó la mano de Soph de una manera cariñosa.

       Soph amaba a su primo, siempre lo había visto como el hermano que jamás tuvo y siempre quiso tener, aunque también veía a Daniel y a Max como hermanos. Soph quería mucho a su familia, aunque obviamente no salían agradarles todos los que formaban parte de ella. A Owen lo odiaba por ser el chico perfecto, a Raphael jamás lo veía y su hermana solía ser tan molesta que no solía hablar con ella jamás... Con su madre, su relación era tan... Estricta, Isabelle solía ser muy buena madre, estricta con todos, incluso con sus sobrinos y hermanos, pero Soph pensaba que era más estricta con ella, tal vez porque Soph aprendía lento cuando era más pequeña.

Adam levantó la mano para llamar la atención de la bartender. La simpática chica llego y se puso frente a Adam, pero miró directamente a Sophia, bajo su vista a su pecho, Soph se sonrojó y dio otro trago a su bloody Mary.

–Un Whisky, muy, muy bien servido, por favor.

La chica le guiñó un ojo a Adam y después se fue a preparar el trago sin quitar sus grises ojos de Soph.

–¿Hey, desde cuando bebes, Adam Robert Lightwood?

Adam sonrió y le alboroto el cabello a Soph, ella le quitó la mano de un manotazo y se volvió a acomodar el cabello.

–Te quiero sobrio hasta que nos vayamos, ¿eh, alcohólico?

Adam asintió, sonrío y se pasó una mano por su indomable cabello rizado. Desde que Soph tenía memoria recordaba que le alborotaba el cabello a Adam, cuando lo veía, que tristemente no era seguido hasta que se mudó al instituto con Dan.

Soph vio a Max, bailaba con una seelie muy, muy alta, llevaba el cabello en trenzas incontables y estas le caían sobre la espalda hasta rozar la parte trasera de sus rodillas. Lleva un top que parecía estar hecho de una hoja de árbol grande, era delgada y llevaba una falda con tela muy delicada, su cabello de un color blanco con destellos rosas convinaba con la tela casi blanca. Otras dos seelie no tan altas pero igual de atractivas la acompañaban, reían de todo lo que Max decía, probablemente de sus graciosas historias. La alta seelie se agachó y le plantó un beso a Max en la frente, él se quedó estático, las otras dos seelies le besaron las mejillas, Max se sonrojó y las tres seelies se fueron, mezclándose entre la multitud de subterráneos.