Violet Swanwright caminó con calma por las oscuras calles de Londres, probablamente la cuidas más hermosa del mundo.
El instituto no estaba lejos de donde se encontraba, seguramente llegaría en unos dos minutos.
La lluvia se empezaba a intensificar y el sol se empezaba a ocultar, más lento de lo normal, como si el sol estuviera esperando a que ella llegara a salvo al instituto.
Los rayos del sol chocaba con las ventanas de casas y tiendas de la calle, estaba tan cansada que deseaba llegar lo más rápido.
Estaba atenta, como siempre tenía que estarlo. Estaba segura de que ellos no sabían en donde estaba, pero no quería que se corriera la voz.
Tal vez no era buena idea quedarse en Londres, el instituto de Londres era el más visitado de mundo, o aunque sea eso pensaba ella, en especial en esas épocas. Navidad.
Aunque estaba de paso en Londres, estaba en demasiado riesgo. Debió de haber ido al instituto de York o Cornwall, no eran muy frecuentados, casi estaban abandonados, pero no se resistió a los encantos de la ciudad.
Adoró Londres.
Mientras sus padres no supieran de su paradero no planeaba dejar aquella hermosa ciudad.
Miraba al suelo, distraída como de costumbre, cuando algo, duro y sin duda de metal, la golpeo, ella cayo al suelo con un grito.
Su grito no fue el único que escucho.
No había estado tan mal la caída hasta que sintió la ropa mojada. Eso la hizo enfadar tanto que se quito la capucha, no se molestó en ocultar el enfado en su acción.
Miró a su alrededor, había un chico en el suelo, que ya se estaba levantando del empapado suelo y se apresuraba a ella.
–O Dios, soy un idiota. Lo lamento, estaba distraído.
Dijo el chico, su acento británico estaba demasiado marcado y su voz era un poco grave.
Ella estaba mirando su ropa empapada con desagrado y el enfado inundando su cuerpo y sentidos.
–Dímelo a mi–dijo enfadada, él le ofreció sus manos para ayudarla a levantarse, ella las miró con furia.
Las tomó y él la levantó, no era tan fuerte como Ed, pero estaba segura de que hacía ejercicio.
–En verdad lo siento.
Se disculpo el extraño, ella seguía mirando su ropa empapada, ignorando que tan cerca estaba del chico.
–¿Te lastime?
Le preguntó. Entonces, Violet notó la cercanía de ambos, levantó la vista al pecho del joven, su ropa también estaba empapada.
Levantó la vista al rostro del él. Sin duda que el distraído chico tenía un rostro amigable a la vista.
Lo primero que vio fue su barbilla, fuerte y bien afeitada, temerosa levantó la vista a sus labios... Gruesos y rozados natural. Los ojos de él estaban sobre ella, con atención, estos era de un bonito color café, casi del mismo color que su cabello, largo y en coleta.
Intentó no sonrojarse, pero ya era demasiado tarde y el pareció notarlo.
–Perdona... De nuevo.
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Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.
FanfictionDespués de haber presenciado un gran accidente mientras estaba de vacaciones, la joven Amy Swan descubre un mundo que solo pensó que existían en historias, y con ello la conexión que tiene su familia y ella con este. A lo largo de la historia, ella...