EXTRA!; Eres lo que más necesito

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Daniel se alejo de Amy con ganas de vomitar, de encerrarse en su habitación hasta morir, pero en vez de eso corrió hasta la habitación de Kim.

La puerta estaba abierta lo cual era extraño ya que esta siempre permanecía cerrada. Kim estaba sentada en el pequeño sofá leyendo un libro.

       Entró en la habitación, ella levantó la vista de su libro y lo vio, mientras Daniel cerraba la puerta con fuerza.

       –¿Qué haces?

       Le preguntó Kim, dejó el libro en la mesita junto al sofá. Los labios de Kim se encontraban en una línea recta, Daniel recordó haberlos besándolos la noche anterior, cuando estos se pasaban sobre el abdomen de Daniel.  

      Caminó con prisa hasta ella y le tomó el rostro entre sus manos y beso sus labios hasta que los suyos dolieron.

       Kim abrió las piernas y se enrollo con ellas en la cadera de Daniel. Él las tomó y la levantó del sofá, cargándola completamente, mientras sus labios se golpeaban en besos salvajes.

       Daniel beso la comisura de los labios de Kim, después pasó por la barbilla y por último se detuvo en su cuello, mientras Daniel le pasaba las manos a Kim por debajo de la blusa.

       –Daniel...–le advirtió ella. Había un pequeño rastro de deseo en su voz, mientras Daniel besaba y pasaba su lengua por el cuello de la chica.

       Kim lo aparto de un empujón. Ella cayó de píe en el suelo, mientras veía como Daniel la miraba impresionado. Ella se bajó la blusa pero no miró a Daniel.

       –No soy tu zorra–dijo Kim, ella se limpió una lagrima en su mejilla–. Quiero que te quede claro que yo no soy el remplazo ¿entendido? Soy tu parabatai, no la perra con la que te acuestas cada vez que la chica Swan te manda al carajo. 

       El corazón de Daniel latió con fuerza dentro de su cuerpo, Kim esta vez si lo miró, se alejó de él, pero antes de que fuera completamente inalcanzable el chico le tomó la mano.

       –Jamás dije que lo fueras.

       –No–dijo, Kim se soltó de su agarre y lo miró enfadada–, jamás lo haz dicho ¿pero cada vez que te rompen el corazón me vas a utilizar solo para sacar todo tu dolor?

Daniel tardó en contestar, estaba muy enojada, probablemente más enojada de lo que la había visto desde que la conocía.

Kim se dio la vuelta, iba a salir de la habitación, pero Daniel, frustrado, la tomo de nuevo de la mano, ella se detuvo.

       –Kim, por el ángel, eso no es cierto.

Daniel se acercó a ella, le soltó la mano y la tomó por los hombros, obligándola a mirarlo. Ella tenía el ceño fruncido y Daniel podía notar lo molesta que estaba.

       –Entonces explícame–dijo Kim, se cruzó de brazos– explícame que pasó en la fiesta de la bruja, confírmame que no se estuvieron abrazando y que no pasó nada más.

Dijo Kim. Daniel soltó sus hombros y recorrió su brazos hasta llegar a las manos, que no tomó. Cuando sus dedos se rozaron, Daniel sintió un choque de electricidad.

       –Solo la abrace ¿ahora abrazar a alguien es algo sexual?

Preguntó. Aunque ahora tenía que tomar en cuenta de que todo había sido una mentira, de que sus sentimientos deberían desaparecer... Amy no sentía lo mismo.

       Kim apartó la vista de él y seguía con los brazos cruzados negó con la cabeza y iba a intentar irse, de nuevo.

       –Eres mi parabatai–dijo, Kim se quedó en donde estaba, sin ver a Daniel–, te adoro, Kim.  Si la abrace es...

       –Eres mío–lo interrumpió Kim, el tono en su voz fue firme y brutal–. No de ella, ni de nadie, eres mío.

Daniel se quedó paralizado, ante lo que había dicho, sintió el tono de voz lastimarlo. Lo decía en verdad.

Ambos se quedaron mirando, un poco apartado, el silencio era lo único que cubría la habitación y lo único que lo hizo por minutos.

       –Dijimos que no íbamos a enamorarnos, dijiste que era algo... Que no era importante, solo sexo. Tú fuiste quien lo dijo.

Ella se frotó la sien, se dio la vuelta, aunque esta vez Daniel supo que no se iba ir.

Sintió un golpe de terror invadir su pecho. Ella no podía enamorarse de él, no podían sentirse de esa manera, jamás.

       –Jamás dije que estuviera enamorada. Jamás lo eh dicho. Eres mío, mi parabatai, mi Daniel... Eres mío.

Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora