Capitulo 27, La espada mortal.

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Sophia dejo de bailar con el guapo licantropo, su nombre era Leo, cuando se dio cuenta de ya había pasado mucho tiempo... Horas. Sabía que se habían ido con la bruja, pero Soph no la conocía, que tal si les hacía algo malo.

Adam se encontraba bailando con la misma chica, ella estaba tan cerca del cuerpo de su primo que la sorprendió, se movían lentamente al son de la música. Ella tenía la cabeza sobre el pecho de su primo y le dibujaba figuras en el pecho. A Adam no parecía molestarle, de hecho se veía muy bien, hasta le acariciaba la cadera con el pulgar.

Sophie podría haber llorado en ese momento por lo feliz que se veía su primo, por fin se había atrevido a bailar con una chica.

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Amy se levantó, apartándose de Dani lo más que pudo y se acomodo el vestido, se sonrojo al darse cuenta que la mano de Dani había estado en su muslo sin haberse percatado de ello. También en que acababa de llamarle Dani y no Daniel.

Kim estaba parada con los brazos cruzados sobre su pecho y miraba con odio a ambos. En especial a Amy. En el rostro de Kim pudo ver un pequeño rubor... ¿Kim ruborizada? era tan extraño verla así, solo se sonrojaba con Max y Daniel.

Amy se tomó un mechón de su cabello y lo enrollo en su dedo indice, sin parar, era un viejo habito que odiaba, pero no podía dejar de hacerlo.

–¡NADA!–dijeron los dos al mismo tiempo.

Dani se levantó como si nada hubiera pasado y se acercó a su parabatai. Kim lo miró con desagrado y odio, él la tomó del brazo y la jalo para que empezara a caminar.

–Volvamos, chicas– dijo Dani... no era el mismo chico que la había besado, era la versión imbécil de Daniel–, deberíamos volver al instituto antes de que a Alec le de un infarto.

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Al volver a la fiesta Sophia salio de entre la multitud y salto a abrazar a su primo, Daniel se quedo paralizado.

–¿Donde estuvieron?–dijo Sophie, sin soltar a su primo. Dani le devolvió el abrazo, confundido–. Estuvimos buscándolos.

Algunos de los subterráneos que estaban cerca los miraban extrañados, escucho la exclamación de alguien y Adam apareció empujando a un chico hada, sin duda que lo era, con esas orejas puntiagudas. Adam miró a Amy, pálido y asustado sin intentar de ocultarlo.

Él corrió hasta ella y la tomó en sus brazos, estrujándola contra su cuerpo. Amy no entendía porque estaban tan preocupados, no había pasado tanto tiempo, a lo mucho Dani y ella había estado solos por unos minutos...

–Estas bien...

Susurró Adam, su loción le inundo la nariz. Se dejo llevar por el abrazo, sin darse cuenta que Dani los veía con celos. Ella se separó de Adam al darse cuenta que todos los miraban.

–¿Por qué están tan preocupados...?

Preguntó Amy, intentó ocultar lo que estaba sintió, choques eléctricos por todo el cuerpo, el latido acelerado del corazón... El temor que sentía al ver que Dani se hubiera enfadado con ella. Aunque ella solo pensaba en Adam como un amigo.

Soph se apartó de Dani, el ceño fruncido y las manos en puño, parecía que iba a golpear a Dani.

–Pasaron tres horas–contestó Soph, enfadada–. Tres. Horas.

–¡¿Qué?!

Fue Dani el primero en decirlo, su acento había desaparecido. No pudieron haber pasado tres horas... No era así ¿verdad? Notó la impresión en la voz y rostro de Dani. No se había sentido como tres horas... tal vez porque estaba inconsciente.

Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora