Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.

Capitulo 59, Venganza.

El Díkopo de Daniel se movió con tanta rapidez cuando Aaron dio el primer golpe, la espada del hombre cortaba el aire y el chico tuvo que ser más rápido al protegerse de los golpes que Aaron daba.

Daniel ya se encontraba más tranquilo ya que Amy se había ido con Adam, en ese momento en que estaba seguro de que ella estaba a salvo y de camino al instituto todo parecía mejor, ya no tenía que preocuparse y mirar a atrás para asegurarse de que ella estuviera bien. Confiaba en Adam y sabía que él la mantendría a salvo a toda costa.

La espada de Aaron bajó hacia él, Daniel dio un paso hacía atrás y le dio una patada al hombre en el estomago. Él retrocedió, lo que le dio tiempo a Daniel de acercarse a Aaron y le intentó clavar el Díkopo en la espalda, justo en donde también podía perforar el corazón.

Aaron fue más rápido que Daniel ya que este se tiró al suelo y rodó sobre la madera del muelle, la cual crujió antes el peso del enorme hombre.

Daniel sabía lo que quería... quería terminar con Aaron de una vez por todas. Quería salvar al mundo de los terrores que él sabía que aquel hombre podía desatar.

Quería venganza. No solo por su madre, sino también por todas esas almas que Daniel sabía que había arrebatado, ya fueran mundanos, nefilim o subterráneos, no importaba si él tenía que entregar su vida. Si podía salvar a tantos con eso y les garantizaba seguridad a Amy y sus familiares, lo haría.

Sentía que la sangre dentro de sus venas se quemaba por lo enfadado que estaba, probablemente esa era la razón por la que Daniel estaba tan seguro de que quería herir al hombre

Ya iba a dar el siguiente golpe cuando sintió una mano sobre su hombro, incluso Aaron se detuvo y miró a esa persona con una sonrisa cruel, maligna y oscura.

Daniel sabía que era su padre y no necesitaba verlo para comprobar que estaba en lo correcto.

–Yo me encargo, ve con Emilia.

Dijo, Daniel lo miró, se apartó de su agarre y formó con la mano libre en un puño muy apretado.

–No.

Dijo Daniel, la voy tan fría como el hielo. Lo vio con aquel odio que ni siquiera él podía esconder.

Daniel siempre había admirado a su padre, era su mayor héroe, no por qué hubiera ido a Edom y asesinar miles de demonios, sino que lo admiraba por el increíble padre que había sido, por haber hecho feliz a su madre mientras ella estaba viva.

El corazón de Daniel pareció retorcerse, no sabía si era la decepción de lo que había hecho su padre o el dolor de recordar que su madre estaba muerta y que jamas la volvería a ver.

–Esta no es tu pelea, Daniel–dijo, los ojos de su padre ardían y Daniel sabía que era por ganas de vengarse de Aaron–. Yo lucharé con él, le mostraré que nadie se mete con mi familia sin salir herido.

Dijo, dio un paso hacía a Aaron, su sonrisa aumentó y Daniel lo odio más por eso, por no arrepentirse, por no tener miedo.

Era verdad, no era la pelea de Daniel, incluso si él quería asesinar al hombre por el daño que le causo a su familia... por lastimar a Amy. Merecía morir por haber asesinado a su madre, a la mujer que había hecho tanto bien para el mundo y que había mantenido a su familia unida por tantos años con amor.

–Adelante, Herondale. Te asesinare, justo como lo hice con tu esposa.

Dijo Aaron, la espada bailó en sus manos cuando él la movió, cuando frunció el ceño su rostro cambio tanto que ya no parecía ser el mismo hombre.

Jace no tardó ni un segundo más, corrió hasta Aaron y empezó a usar su espada contra Aaron. El padre de Daniel lo miró por un segundo, y Daniel supo que quería decir con aquella mirada momentánea.

Debía buscar a Amy.

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HOLAAAA, cómo están!!! Espero que bien y que les haya gustado el capítulo, no es muy largo, pero no deja en un cliffhanger, jajajajja. Estoy sad, el otro día, creo que el jueves, termine el epílogo y créanme que no me lo creía, sigo sin creerlo!! Ajjaja, estoy feliz!! Y sad, ajajjaja.

Los quiero, gracias por leer!!