Capítulo 23, Una memoria por otra

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        —¿Explicar qué?

Preguntó Daniel, sus caricias se detuvieron y Amy se contuvo para no mirarlo con odio y obligarlo para que siguiera. Amy se dio cuenta de la forma en que Ahira la veía y cambio un poco su expresión, intentando no dejar rastro de su antigua expresión.

       —La runa—le contestó Ahira—. No creas que quise que vinieras, no soporto a los Herondale, como ya te haz hecho una idea.

Daniel sonrió forzadamente. Ahira puso los ojos en blanco y lo ignoro, camino a uno de los tantos estantes de la parte de abajo. Buscaba algo, sin duda.

       —¿Qué sabes de mi runa?

Le preguntó Amy, ella se separó de Daniel y se sentó en una de las sillas, le hizo un además para que él también lo hiciera. Lo cual hizo, se acercó más a ella. Amy se cruzó de piernas, la falda del vestido era tan suave. El hombro descubierto de Amy tocaba el brazo a Daniel, la tela de el saco de Daniel era suave y se veía muy cómodo. Ella se acomodó más cerca de él.

       —Se que yo la puse ahí—dijo Ahira, todavía buscaba en el estante.

<¡¿Qué ella qué?!> con razón Ray la había mencionado... Pero en todo caso, como Ray sabría de ella si nadie más sabía de la runa... ¿O si?... ¿Cómo Ray podría saberlo?

       —¿Por qué?—le preguntó Amy, quiso levantarse y obligar a Ahira a mirarla. Daniel la tomó de la mano y cuando ella lo miró él negó con la cabeza.

Daniel se cambio la mano de Amy a la otra y la acaricio el dorso. La runa de la visión le era visible en esa mano, sobre el dorso, como un ojo. Daniel puso la mano sobre la pierna de Amy, en el muslo, para ser exactos. Ella se tensó completamente. Amy de reojo creyó ver una sonrisa cínica en la boca de Daniel que no desapareció cuando Ahira volteo a verlos.

La ceja de la chica se alzó un poco. Amy intentó verse menos tensa, pero la mano sobre su muslo no la dejaba concentrarse. Ni moverse, no quería que él la quitara. La mano de Daniel que sostenía la de Amy seguía acariciando su dorso de una forma cariñosa.

       —Porque tus padres me lo pidieron—contestó ella dudosa.

       —¿Para que sirve?—preguntó Amy.

Amy se tocó la runa, Daniel quito la mano del muslo de Amy, ella intentó no mostrar su expresión de tristeza ante eso. Él le apartó el cabello para verle la runa. Amy la había visto muchas veces, había tomado fotografías con su teléfono para verla con detalle cada vez que le dolía, incluso cuando no. Había veces en las que le producía tanto dolor que la cabeza le dolía o se mareaba y vomitaba.

       —Violet no dejaba que nada se le escapara, pidió que protegiera todos tus recuerdos cuando...

Dijo, se callo de golpe y se puso tensa, Amy lo notó perfectamente. Sintió que el frío le recorría las venas y las congelaba. Las caricias de Daniel se detuvieron y sintió la mano contra su muslo tiesa.

—¿Cuando qué?—le preguntó Amy, su tono fue cortante y grosero. Detestaba que le guardaran cosas.

Ahira parecía entenderle pero su expresión se asimilaba a la de una chica que están apunto de lanzarle una flecha directamente al pecho.

—Amy...

Le rogó con la voz y con la mirada. Ya no se veía como una bruja temible, se veía como una chica, asustada que rogaba para que no lanzarán la flecha, se sintió mal por ella, peo quería saber, tenía que saber.

Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora