Al recoger y limpiar el desastre en su habitación, Amy salió, no se dirigió a la cocina, de solo pensar en comida le llegaban nauseas, así que se dirigió directo a la sala de entrenamiento.
Ya se había saltado dos tardes de entrenamiento, no pensaba ir por la tercera.
No quería perder el tiempo hablando cuando su familia estaba en algún lugar del mundo, tal vez heridos... <No, están bien... están bien> se intentó convencer, se empezaba a poner nerviosa, debía entrenar, tenía que. ¿Qué tal si tenía que pelear contra alguien para salvarlos? lo haría, si tuviera que pelear lo haría no daría otra repuesta. Lo haría con tal de darle tiempo a su familia para escapara, salvarse.
Se apresuró hasta la sala de entrenamiento.
Si podía aprovechar el tiempo para aprender aunque sea algo, lo haría. Eso era algo bueno que le había dejado un libro. No debía desperdiciar el tiempo cuando podía entrenar y sin duda servirle en el futuro.
Tenía la sensación de que así sería.
*******Estuvó una hora practicando en su puntería con dagas, no era muy buena, ya que la mayoría se clavaban en la pared o en el suelo en el peor caso.
Se había enfadado tanto una vez, que se lastimo la palma de la mano, ella agotó el brazo y esto provoco que la daga se saliera volando hasta la puerta de madera, agradeció que nadie estuviera ahí.
El corte le resultó bastante molesto en muchas ocasiones ya que no solo manchaba las dagas de sangre, y tuvo que limpiarlas una vez que acabo con ellas, sino que también cuando se frustraba apretaba mucho el mango de la daga y este le lastimaba.
Una vez terminó con las dagas empezó con los movimientos que Soph y Adam le habían enseñado, paso más horas en eso que en las dagas.
Sus músculos gritaban de dolor y ya no sentía los brazos, pero estaba segura de que podía aguantar más...podía hacerlo...
–Tus pies están mal puestos, te tirarían de culo en un segundo.
La barra de madera cayó de sus manos y ella se sobresaltó visiblemente.
Cuando se dio vuelta, Soph la miró un tanto preocupada, no había rastro de una sonrisa, lo cual era extraño ya que ella siempre estaba sonriendo.
Llevaba puesto una blusa negra larga y suelta, sus pantalones de color vino combinaban tan bien y la hacía ver sexy y misteriosa... aunque eso era exactamente lo que Sophie era. El cabello lo llevaba recogido y le recordaba tanto a una chica de un libro, aunque el personaje era más rubia y... malhumorada.
Recordó lo que Soph le había dicho... De él, su primer amor. Lo apagada que sonaba su voz con cada palabra.
–Gracias.
Dijo. No sabía que más decir, debía agradecerle, después de todo ella la había abrazado y le había susurrado que todo estaría bien.Sophie se sonrojo y le dirigió una pequeña sonrisa juguetona. Esa era Sophie, sonriente y juguetona.
–¿Desde cuando estas aquí arriba?
Le preguntó. La verdad es que se había levantado tan temprano, después de la pesadilla que había tenido en la noche no pudo dormir mucho. Se levantó más o menos a las cinco así que estaba demasiado agotada.
–Horas.
Sophie se parto de la puerta y se sentó en el sofá que Max había dejado ahí hace meses, se veía muy cómoda, también agotada, como si no hubiera dormido.
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Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.
FanfictionDespués de haber presenciado un gran accidente mientras estaba de vacaciones, la joven Amy Swan descubre un mundo que solo pensó que existían en historias, y con ello la conexión que tiene su familia y ella con este. A lo largo de la historia, ella...