EXTRA!: Kim

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Tres meses antes

       Kim Richmore salio de la cama esa mañana, Daniel ya se había ido y ella se había quedado sola en la cama.

       Ni quisiera estar con Daniel le saco la infinita tristeza que sentía, quería tenerlo a su lado todo el tiempo, llorar en sus brazos y dejar atrás todo lo que sentía. Todo lo que lentamente la hundía. Día tras día perdía una parte de ella... Lo único que jamas perdería era a Daniel, él siempre estaría ahí, ella se haría cargó de que fuera así.

       Después del desayuno y el examen que Alec y Max aplicaron Kim no tenía ganas de quedarse en el instituto, estaba avergonzada y molesta, después de todo lo que dijeron y que Max la avergonzara de esa forma delante de todos...

       <Debí de haberme puesto la almohada en la boca, pero claro, todo por tener tus fantasías eróticas...>

       Kim pasó la mano por la pared de un edificio, sintiendo la aspereza de esta en cada dedo y en la palma. La pared blanca estaba sucia, pero no le importó, se sentía extraño, pero le gustó la textura de esta.

       Recordó sus manos pasar por la espalda de Daniel, sus uñas clavándose en la piel... El calor de la piel de su parabatai...

       Apartó las manos de la pared, como si esta fuera venenosa, como si cada pequeña parte de su cuerpo le dijera que algo estaba mal, que pensar de esa manera con respecto a su parabatai la llevaría directamente a las garras de los demonios en el infierno...

       Kim no lo amaba, no amaba a Daniel de esa manera, era su parabatai y ella entendía lo que significaba... O eso creía. Entendía perfectamente que el amor entre parabatai era filia, lo entendía y de esa manera lo amaba. Aunque aveces no podía negar que quería que fueran más que parabatai, no de una manera romántica...

              Se quedo parada por un minuto, pensando en Daniel, en lo que ambos habían pasado y sufrido por años. La pérdida.

       Recordó la manera en que veía a la mundana... A Amy, como si ella fuera la cosa mas hermosa que hubiera en el mundo, siempre la había visto de esa manera. Él jamas dejaba de hablar de Amy, no desde que ella había llegado al instituto... Cada parte de ella se retorcía de celos hacía Amy.

       Cuando empezó a caminar, una cosa grande y negra paso frente a ella. No era grande, era enorme, del tamaño de un pony. La cosa desapareció en la noche, pero eso no detuvo a Kim de correr hasta aquella cosa.

       Kim corrió y corrió, pero no vio nada mas que oscuridad.

Después de correr un poco más, recorriendo incontables tiendas y edificios, logró ver a la enorme cosa, estaba ahí, esperándola, sus ojos eran amarillos. La cosa empezó a correr, directo a una tienda.

Através del cristal Kim pudo ver unos vestidos de novia, blancos, como solían usarlos los mundanos.

La enorme cosa rompió el cristal y entro directo en la tienda, despedazando los vestidos que se encontraban en su paso.

Kim corrió lo más rápido que pudo, ya se empezaba a sentir cansada, pero no iba a parar hasta que supiera que era aquella cosa sin forma.

Las paredes de la tienda eran de madera sintética de color café oscuro. El suelo era de mármol. Los vestidos blancos rodeaban la tienda, algunos modelados en el centro.

Viendo tantos vestidos blancos la hizo recordar la muerte de su madre. Kim jamás la conoció, cuando su madre murió, Kim todavía no nacía.

Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora