Capitulo 50, El espacio entre los dos

74 8 7
                                    

       Después de un largo baño, Amy se puso unos jeans y una blusa de color gris, lo cual la hizo recordar a un personaje de uno de sus libros favoritos, incluso se recogió el cabello como ella.

       Tomó el teléfono y miró los mensajes, solo tres, uno de Ahira y dos de Mason. No quería ser grosera con Ahira pero ya tenía suficientes mensajes de ella amenazándola para que fuera a su departamento, pero Amy no podía salir sola al departamento de una bruja... más bien tenía miedo en hacerlo. Amy apenas si la conocía y no sabía que le haría, si cumpliría sus amenazas...

       En cambio vio los mensajes de Mason. Seguía enfadada con él, ¿cómo no estarlo cuando el se había ido? Eventualmente tendría que perdonarlo. Claro, si lo quería en su vida. Amy no estaba segura de poder vivir sin él, probablemente tendría una explicación.

       Después de eso había ido a desayunar y se había sentado al lado de Daniel que al parecer le había guardado es lugar ya que Sophie no dejaba de pasar los ojos del uno a la otra.

       Había veces en las que Daniel se veía triste, como si recordara algo... a alguien. Kim. Amy estaba celosa, claro que lo estaba, Kim se había acostado con Dani lo cual lo sintió como un golpe en el corazón, así que era mejor olvidar y pretender que no había pasado, en especial en esos momentos.

       Alec, Max y Daniel que eran los mayores en el instituto se había encerrado en la biblioteca un día, con Kim adentro, todavía sujeta y sentada en la silla. Sophie le había dicho que iban a informar a la clave para que la encerraran en el Gard. Sophie había escuchado todo con una runa y se lo contó a Amy cunado todavía le era difícil hablar. La otra chica le había dicho a Amy que según Alec tardarían unos días, así que Max había sugerido que la encerraran en su habitación, que estaría encerrada ahí dentro con magia. Según Sophie, ella decía que ni siquiera podría sacar un dedo por la ventana o un pie con la puerta abierta, era imposible.

       Daniel sonrió a un comentario de Sophie y después miró a su vaso lleno de café, la boca en una linea recta, las cejas fruncidas... Amy vio suficiente, no le importo lo que pensaras los demás, le tomó la mano  y le acarició los dedos con el pulgar.

       Él miró las manos de ambos entrelazadas y miró a todos en la mesa, al final a Amy. Ella le sonrió y apretó el agarre, como si estuviera diciéndole que no importaba lo que pensaran de ella, si ella sabía lo que significaba para él entonces no importaba lo que los demás pensaran.

       Dani le devolvió la mirada, con la otra mano tomó la de ella y la envolvió en ambas fuertes y grandes manos para después plantar un beso en los delicados nudillos de Amy.  Ella sonrió y rogó para que los demás siguieran escuchando lo que fuera que Max estuviera diciendo y que Daniel y ella tuvieran un poco de intimidad.

       Cuando ella apartó la vista de Daniel y dirigió la mirada a los presentes en la mesa, notó la mirada de Sophie, los observaba con atención, una gran sonrisa en sus gruesos labios. Amy no hizo nada más que sonreírle incomoda. 

       –Entonces él se enfado conmigo porque intente coquetear con su hermana–siguió contando Max, mientras Amy tomó un trago del jugo de naranja dentro de su vaso, intentando ocultar una sonrisa–. ¿Puedes creerlo?

       Le preguntó a Alec que negaba con la cabeza con desaprobación.

       Les agradecía a todos por la normalidad, porque todos pretendían que todo estaba bien cuando en verdad podrían estar en peligro en ese mismo momento.

******* 

        Después de pasar todo un día en la biblioteca leyendo al lado de Daniel, Amy le había dicho a Daniel él se fuera a dormir y que no fuera a la habitación de ella. Dani había hecho una mueca de tristeza y la había besado por unos minutos antes de que Max los hubiera descubierto. Daniel se había ido a su habitación sin decir nada. Amy tampoco se molesto en explicar, más bien se había ido a toda prisa conteniendo una carcajada.

Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora