EXTRA! El final de los dos

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Al llegar al instituto después de la batalla del East River, Sophie se sentó al suelo, pegó la espalda a la pared frente a todos los nefilim que estaban entrando al instituto. Bastantes estaban siendo llevados a la enfermería y la sangre bañaba el suelo.

Sophie estaba bastante cansada, como si no hubiera dormido en meses, aunque era verdad que jamás había peleado tanto en su vida, aunque se hubiera preparando para peleas así toda su vida no sabía lo cansado que sería al terminar. Lo único que quería era dormir hasta que fuera Navidad.

Pegó las piernas a su pecho y recargó la cabeza en sus rodillas mientras las piernas le temblaban. Suspiró y intentó meter aire en sus pulmones mientras su músculos se relajaban. Después de dormir tomaría mucho café y té para volver a la vida.

–Sofía Lovelace.

El corazón de Sophie se detuvo dentro de su pecho, levantó la cabeza y se encontró con Jaime Rosales caminando en su dirección. Era más alto, guapo y fuerte que la última vez que lo había visto. Sophie quedó impresionada al ver que tenía barba, no muy larga, pero lo hacía ver incluso más guapo que cuando lo conoció.

–¿Qué haces aquí?

Preguntó ella, mientras se ocupaba en mirarlo con odio.

Él le tendió la mano mientras otros cazadores de sombras mantenían la vista en ambos. Sophie gruñó y le apartó la mano de golpe, se paró con las piernas temblando.

Las piernas le temblaron más al recordar esas fuertes manos haciendo presión entre sus piernas y no sólo maldijo a su mente por recordarle eso, sino también a su cuerpo por reaccionar.

–Vine a ayudarte...

–¿Ayudarme... A mí?–preguntó indignada, ella podría necesitar la ayuda de quien fuera, excepto la de Jaime Rosales–. Por mí que te vayas al carajo, no necesito tu ayuda.

–Soph...

Empezó a decir, como si su voz y aquella mirada desconsolada logrará derretir el hielo que reguardaba el corazón de Sophie. Ella lo miró con desprecio y empezó a alejarse por el pasillo infestado de gente.

–Sophie...

Volvió a decir él mientras se acercaba a Sophie ella camino más rápido aunque sus piernas parecían regarle que parara.

–¿Qué quieres que haga, Soph?–preguntó Jaime en voz alta– ¿Quieres que me ponga de rodillas y te ruegue? Por qué si eso es lo que quieres lo haré.

Sophie se detuvo, apretó los puños al sentir como la ira se apoderaba de su cuerpo. Dio la vuelta caminando más rápido aún, y cuando estuvo frente a él y Jaime le mostró una amable sirias, Sophie le plantó una bofetada en la mejilla, fue con tanta fuerza que le dejó la piel roja. Sophie se estaría mintiendo si no se sintiera victoriosa ante eso.

–Lo que quiero es que te largues y me dejes en paz–susurró.

Su voz fue tan fría que parecía la de alguien más, muy pocas veces se había sentido tan molesta y ella supo que ese odio ciego que sentía era todo lo que no se había permitido sentir antes.

Te amo.

No, lo que amas es meter tu pequeñísima po...

Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora