EXTRA!: Arderás

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(Titulo inspirado en una canción de Hamilton el musical: Burn)

Daniel había salido, sin permiso, del instituto. Lo cual, por supuesto, no estaba permitido. Sophia y Adam habían estado en la cocina hablando y riendo a todo volumen, Alec estaba por alguna parte, probablemente con Max en la biblioteca. Kim... Kim estaba en su habitación, probablemente debería de haberse quedado con ella, él no solía dejar a las chica después de hacer el amor, él solía quedarse toda la noche, escuchando los latidos de su corazón, acariciando la suave piel.

Recordó cuando la vio por primera vez <la convertiré en mi futura esposa> se había dicho, pero por supuesto que habían sido los pensamientos de un chico de dieciséis años. Ahora tenía diecinueve y eso había cambiado, además de que había conocido al amor de su vida ese mismo año.

                    

Suspiró ante el recuerdo, había estado tan absortó en sus pensamientos que ya se encontraba a medio camino para llegar al departamento de Amy Swan.

Él no tenía planeado encontrarse a la hija de Violet Swan cuando les autorizaron a Daniel, Kim y Adam en salir y matar a algunos demonios, bastante lejos de Manhattan y Nueva York. De echo había sido una sorpresa que los dejaran salir, era tan lejos, pero con la ayuda de Max y sus portales, llegaron tan rápido como pudieron, no exactamente en el lugar, estaban cerca, en una cafetería. Afuera había estacionada una motocicleta, había sido complicado subirse en este los tres, pero lo habían logrado. Llegaron echos una furia al campamento, habían caminado por el oscuro bosque, entre arboles hasta que lo vieron, un demonio eidolon con la apariencia de un chico de su edad. A su lado una chica bajita, su cabello suelto, usaba una chamarra que le quedaba larga de las mangas, él pasó al lado de ella con rapidez, ella pareció notarlo, al parecer había tenido la visión, pero cuando ella lo vio, no pudo evitar pensar que era preciosa. Muy hermosa.

Desde esa noche no había dejado de pensar en que había sido un error haber asustado a una mundana de esa manera, pero después se puso a pensar en que su rostro y el cabello le parecían familiares. Había salido de su habitación y había llamado a la puerta de Max, este había estado dormido, sus ojos irritados de cansancio y su mejor mueca de odio en la cara. Había entrado en la habitación de este sin decir una palabra y se había sentado en el sofá.

                    

–¿Qué sabes de Violet Swan?–le había preguntadó, serio y pensativo.

                    

Max había estado pasándose las manos por el rostro, completamente cansado. Su piel azul se veía muy oscura sin luz, solo podía ver su silueta. Llevaba puesta una de sus pijamas vergonzosas de cocodrilos, a los cuales Max adoraba.

       –Solamente me despertaste para eso?–dijo Max, sabía que él había ido a un club con una chica llamada Fiona, pero no le importaba si estaba cansado. En verdad quería saber acerca de la chica del campamento–. Después de años en los que haz ignorado mis comentarios acerca de los Swan.

                    

                    

Era verdad, Daniel no había tenido interés acerca de los Swan, jamas en su vida. Max adoraba a los Swan, siempre hablaba de ellos, cuando no hablaba de Fiona que ya se había ganado una mala reputación en la familia Lightwood.

                    

–¿Y si te dijera que hoy encontré una?

El cansancio desapareció de su rostro, se había sentado a su lado y le había contado de Violet por horas.

Cazadores de sombras: Ciudad de misterios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora