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"— ¡Sasuke espera! — gritó una niña de cabello castaño y ojos dorados. — ¡No corras tan rápido que sabes que eres más veloz que yo! — se quejó mientras corría detrás del Uchiha intentando alcanzarlo, pero acabó tropezando y cayendo de cara al suelo.
— ¡(Nombre)! — el pelinegro corrió hacia ella y la ayudó a levantarse. — ¿Estás bien? — ella asintió, pero le pegó en el hombro. — Auch — la miró extrañado sobándose esa zona.
— ¡Tonto! Te dije que no fueras tan rápido. ¡Tonto! — se le escapó un sollozo, por lo que Sasuke se rascó la nuca.
— Perdóname — limpió una lágrima que se escapaba por uno de sus ojos. — En serio, perdón. ¿Te hiciste mucho daño? — ella negó con la cabeza.
— Estoy bien, vamos a tu casa que quiero ver a Itachi-kun — Sasuke frunció los labios. — ¿Qué? Me cae bien tu hermano, pero sabes que tu eres el mejor de todos — el niño se sonrojó y desvío su mirada a un lado.
La niña intento levantarse pero se le escapó un quejido de sus labios. El azabache se asustó y la sujetó del brazo.
—Vale, creo que me hice algo en el tobillo. Me duele mucho.
El niño se puso de espaldas delante suya y se agachó, confundiendo a la de ojos dorados.
— Sube, te llevaré a mi casa para curarte eso, es posible que te hicieras un esguince.
— Pero... ¿Podrás soportar mi peso?
— Para algo debe servir el entrenamiento que acabamos de hacer, ¿no? — la niña asintió. — Entonces sube, anda, no tenemos todo el día.
(Nombre) se lo pensó unos segundos hasta que decidió subirse a la espalda de su amigo, quien la agarró fuerte de los muslos para que no se cayera. Se estremeció al sentir la respiración de ella en su cuello y se sonrojó.
— ¿E-estás cómoda?.
— Si — respondió con una sonrisa.
Después de eso, Sasuke se encaminó hacia su casa ignorando la sensación que provocaba la respiración de su amiga en su nuca.
Una vez allí, entraron dentro y se dirigieron a la habitación de Sasuke. Éste dejó a (Nombre) con cuidado sobre el futón para después salir e ir en busca de su madre.
— ¿Pero que te pasó, (Nombre)? — preguntó ésta una vez llegó a la habitación.
— No lo sé, solo tropecé con algo y me caí.
— Bien, pues deja que te ponga unas vendas y te llevo a casa, ¿Vale?
— ¿No se puede quedar a dormir? — sugirió Sasuke. Ambas chicas lo miraron y la mas mayor sonrió.
— Claro que puede, prepararé el futón para ella, esperad aquí — dicho esto salió de la habitación dejando a ambos niños solos.
— ¿No te molesta quedarte a dormir, no?
— Obvio que no, adoro estar contigo, me divierto mucho — admitió la niña con una amplia sonrisa, sonrojando al azabache.
— Bien, pues te protegeré durante toda la noche — la niña se rió con un pequeño rubor en sus mejillas.
— Gracias, Sasuke — se inclinó hacia delante, pues el niño estaba en frente de ella, para así depositar un suave beso en su mejilla.
El de ojos negros se sonrojó hasta las orejas.
— Si mañana no puedes entrenar me quedaré contigo — la niña lo miró intrigada.
— ¿Estás seguro? Tú nunca te pierdes ninguno.
— Tú eres más importante — ahí fue (Nombre) quien se sonrojó hasta las orejas.
— Que adorables os veis — los dos se sobresaltaron al oír la voz de la madre de Sasuke en la puerta.
— ¡Mamá! No digas eso — ésta se rió al ver que ambos se habían puesto rojos."
(Nombre) sonrió al recordar esos momentos junto a su mejor amigo y la persona de la que llevaba años enamorada. Sin embargo, esos momentos se perjudicaron el día en el que los Uchihas fueron asesinados por una de las personas que más idolatraba. Aún así... Lo peor que sucedió ese día fue el cambio que hubo en Sasuke, aunque con ella seguía siendo el mismo de siempre, había algo que había cambiado en él, y se notaba con las demás personas y a veces con ella. Sus ansias de venganza no le dejaban vivir una vida tranquila y por culpa de esas ansias esa misma noche su mejor amigo se iba a ir con Orochimaru.
Esperó un poco más en aquél bosque hasta que logró ver su silueta de lejos. Se acercó a él, al igual que ella, y se miraron a los ojos.
— Si te digo que no te vayas... ¿No lo harás, no? — él negó con la cabeza. — Y si te digo que... Que quiero irme contigo, ¿no me dejaras, no? — Sasuke la miró con tristeza y volvió a negar con la cabeza.
— No pienso ponerte en peligro.
— ¡Pero yo quiero estar contigo! — (Nombre) lo abrazó sollozando en su pecho. — No quiero que te vayas — apretó fuertemente su camiseta.
El azabache correspondió al abrazo y le besó la cabeza.
— Prometo visitarte de vez en cuando — ella se separó un poco para mirarle y él le limpió las lágrimas de sus ojos. — ¿Sabes? Eres una de las personas más importantes de mi vida, si aquel día te hubiera perdido a ti también yo... No sabría qué habría hecho ni que sería de mi ahora... — la chica lo miró intrigada, y más al notar como él entrelazaba delicadamente su mano con la suya. — (Nombre), llevo desde que somos pequeños enamorado de ti... — se sonrojó al escuchar eso. — Por esa misma razón no quiero que vengas y también, por eso mismo, voy a cumplir mi promesa de visitarte — acarició suavemente su cabello, sonriendo al ver como ella cerraba los ojos y acariciaba su mano con la de ella.
— Yo también te amo, Sasuke — lo miró a los ojos con lágrimas y una sonrisa. — No rompas tú promesa, por favor.
Él limpió sus lágrimas con sus pulgares y se acercó a ella lentamente hasta juntar sus labios en un beso dulce y tierno. La de cabello castaño subió una de sus manos a su nuca y la acarició lentamente, disfrutando del beso y de las caricias de él.
— Jamás te olvidaré, volveré aquí a verte y haremos cosas que te encantarán — le sonrió de lado a su chica, quien se sonrojó al entender a que se refería. — Ahora eres mi novia y yo tú novio, no lo olvides — susurró sobre sus labios.
— Jamás, y tú tampoco.
— Antes muero que olvidarme de ti — le guiñó el ojo y le volvió a besar, abrazándose con más ansías.
Después de aquella despedida, Sasuke se fue donde le esperaba Orochimaru y ella se fue a su casa con la chaqueta de él en mano, pues se la había dado para que lo recordara siempre, y así fue, pues jamás se olvidó de él, ya que éste cumplió su promesa de ir a verla, pasando momentos inolvidables juntos y noches de pasión y amor que jamás olvidarían.
