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— Que aburrimiento — suspiró (Nombre) mientras se lanzaba en el sofá.
Miró de reojo a su novio, quién estaba preparando unas palomitas, ya que ambos iban a ver una película juntos, aunque a la chica de cabellos negros y ojos dorados le apetecía hacer algo más... estimulante.
Sonrió con ternura al ver cómo se manchaba las mangas de su sudadera con la sal. Ya le había avisado ella de que se las remangara, pero él negó con su característica sonrisa mientras se dirigía a la cocina con una alegría contagiosa.
(Nombre) se acercó a su novio y lo abrazó por la espalda mientras depositaba un dulce beso en su espalda, sintiendo como se estremecía entre sus brazos.
— ¿Necesitas ayuda, mi vida? — dijo con un tono dulce e inocente, aunque por su cabeza pasaban ideas y escenas que ningún menor de edad podía ver, aunque hoy en día eso del "+18" importaba muy poco, por no decir que se ignoraba completamente.
— Puedo yo solo — contestó a su pregunta con una sonrisa radiante para después agarrar la mano de su novia con delicadeza y depositar un suave beso en ella.
La chica se mordió el labio, pues ese día estaba necesitada. Extrañaba sentir el cuerpo de su tierno novio contra el suyo, pero se resistió y asintió, volviendo al sofá. «¿Estaré en celo?» pensó rascándose la nuca, mirando de reojo el trasero de su novio. Se dio una bofetada mental y se lanzó al sofá suspirando. «Creo que tengo que dejar de leer Wattpad por un tiempo...» sonrió para sí misma recordando una historia erótica con un personaje llamado "Shu", el cuál salía en un videojuego que tanto le gustaba.
— ¡A ver la película se ha dicho! — escuchó la voz alegra y energética de su hiperactivo novio, volviendo de su mundo de perversiones.
Observó cómo éste se sentaba a su lado con el bol de palomitas en sus manos. Se lo tendió a su novia con una sonrisa radiante, la cual lo miró con una ceja alzada y una sonrisa traviesa. Cogió una palomita y se la metió en la boca lentamente, para segundos después lamer su dedo y labios con una lentitud que hizo sonrojar al chico. Jyusimatsu tragó saliva, desviando la mirada hacia la pantalla, la cual aún estaba apagada. Debía admitir que él también extrañaba el tacto de su novia, pues hacía como dos meses que no llegaban a algo más que solo toques. Ambos necesitaban volver a deleitarse del tan suculento placer que su pareja le proporcionaba.
