¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•───────•❈•♛•❈•───────•
No iba a mentir, tenía miedo, le preocupaba hacer daño a su novia si llegaban a la última fase. Es irónico, en un año y poco de novios no habían hecho nada más que no sean besos. Nunca se habían tocado el uno al otro y, por tanto, no habían tenido relaciones.
Ambos eran inexpertos, vírgenes, así que Izuku tenía miedo de hacer algo mal, por eso nunca se atrevía por mucho que lo deseara. Por qué si, lo deseaba, oh, vamos si lo hacía, no había noche a solas que no se masturbase pensando en su novia, la persona que más amaba y tanto le excitaba. Se imaginaba a ella debajo suya haciéndole el amor y escuchando sus gemidos. Deseaba que esos momentos se hicieran reales, pero no se atrevía por mucho que lo intentase.
No obstante, aquel día que llegó más pronto a casa lo hizo explotar. Fue abrir la puerta y comenzar a escuchar sonidos raros que procedían de la habitación que compartía con su novia, porque sí, vivían en la misma casa desde hace un mes, más o menos.
Cerró la puerta confundido y se acercó más a la habitación, pudiendo diferenciar los ruidos. Eran gemidos, pero no simples gemidos, se trataba de la voz de su novia.
Debía admitirlo, en ese momento sintió su miembro temblar, pero igualmente estaba preocupado... ¿Y si su novia se había cansado y había buscado a otra persona? Quería pensar que no, pero no se extrañaría, pues él no era intenso ni seductor ni experimentado, simplemente era tímido y asustadizo en esas cosas. No era el tipo de chico que una mujer se fijaría. Pero vamos, eso es lo que pensaba él, se creía que a todas las mujeres les gustaban los chicos malos y dominantes, pero se equivocaba; existen personas que aman a las personas tímidas, amables y románticas. (Nombre) no era la excepción, y es que... ¿Quién no amaría a alguien como Midoriya Izuku? Pocas personas, las podría contar con los dedos.
Igualmente, la cuestión es que el de pelo verde ya comenzaba a divagar y a debatir consigo mismo si debía abrir o irse de allí para llorar en soledad. No obstante, lo decidió al instante en el momento que escuchó su nombre.
— Izuku... Mm...
Se tapó la boca para ahogar un jadeo. Su novia había dicho su nombre, era imposible que estuviese con otra persona, a no ser que tuviera el mismo nombre que él, pero ya sería mucha casualidad.
Negó rápidamente con la cabeza y, tras respirar hondo y acomodarse ahí abajo, decidió abrir la puerta con cuidado de no hacer ruido.
Lo que vio casi lo mata de vergüenza y excitación. Ver a su novia completamente desnuda, tumbada en la cama con las piernas abiertas, un satisfaier en su clítoris y sus dedos introduciéndose en su interior, era algo que no podía asimilar. Mucha información visual para procesar.