¡Muy buenas a todos! Desde hoy hasta el 31 habrá un especial de Halloween. Los personajes han sido elegidos por mi para que me sea más fácil hacerlos, espero que lo comprendáis y espero que os guste.
「 ✦ 𝑬𝒍 𝑩𝒐𝒔𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝑬𝒔𝒑𝒂𝒅𝒂𝒔 𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒂𝒔✦ 」
One Piece
Zoro x Lectora
Romance, Terror sobrenatural
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La niebla llegó sin que (Nombre) se diera cuenta: ese tipo de niebla pegajosa que se mete en la ropa, apaga los colores y vuelve el aire espeso. El barco había encallado durante la noche a pocos metros de una costa sin faro y, al amanecer, el viento trajo un olor a óxido que cualquiera confundiría con sal. No era sal. Era hierro. Ella se apoyó en la borda, aspiró hondo y notó una punzada metálica en la lengua.
—(Nombre), no te alejes —gritó alguien desde cubierta.
Asintió, aunque ya tenía los ojos clavados en la silueta de árboles negros que partía el horizonte. Había algo en esa línea de bosque que tiraba de ella. No era curiosidad, era una sensación de deuda, como si algo dentro le dijera que faltaba a una cita. Cogió una linterna, se ató una cuerda a la cintura por si el suelo se abría y avanzó por la playa húmeda, con el crujido de conchas rotas bajo las botas.
La tierra cedió a la arena y la arena a un barro oscuro que olía a hojas podridas. Entró en el bosque y la luz cambió; allí dentro no existía el sol, todo estaba filtrado por la niebla y por un dosel de ramas que parecía un techo de huesos. Caminó despacio para no resbalar; a cada paso, el barro le chupaba las suelas con un sonido que recordó a un corazón cansado.
—Vuelve —dijo una voz a su espalda, grave, sin apremio—. Aquí no hay nada para ti.
Giró con el cuerpo por delante de la linterna y lo vio: Zoro, o al menos eso parecía a través del humo blanco. Llevaba la bandana colgando del brazo, la mano en la empuñadura de una katana, postura relajada pero atenta. Tenía cortes secos en la camisa y barro en los pantalones. Sin embargo, había algo raro: no parecía cansado, ni mojado, ni del todo vivo en ese paisaje.
—Vengo a por agua —mintió ella por puro reflejo—. Y a por ti.
—Yo no necesito que "vengan a por mí". —Él levantó el mentón hacia ella con una media sonrisa que tranquilizaba a medias—. Este bosque no es para turistas.
—No soy turista. —Le sostuvo la mirada, tozuda—. Huele a sangre y a hierro. Algo va mal.
Zoro miró alrededor con una calma que no encajaba con el lugar. Tras unos segundos, chasqueó la lengua.