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— Deku-kun~ — canturreó (Nombre).
— ¿Qué pasa, (Nombre)-chan?
— ¿Te he dicho alguna vez que eres jodidamente tierno? — el peliverde sintió como toda la sangre se le subía a la cabeza. La chica río y le besó la mejilla dulcemente. — Demasiado tierno, me entran ganas de hacer todas las posiciones del kamasutra contigo~.
El chico se tapó la cara con la almohada para que no se notara su sonrojo.
— Eres mala, sabes cómo me pongo cuando dices esas cosas.
— ¿Pero que hay de malo si ya lo hemos hecho muchas veces? Y en la cama no eres un santo, amor — la chica le guiñó el ojo y ahí sí que tenía la cara más roja que un tomate.
— Joder — volvió a taparse la cara con la almohada. La chica rió y se la quitó.
— Vale vale, paro ya — besó su mejilla con una sonrisa.
El chico suspiró de alivio y miró a su novia, quien estaba sentada a su lado en el sofá de la residencia de la escuela. Ella lo miró de vuelta y le sonrió, acercándose a él hasta depositar un suave beso en sus labios.
— Me encantan tus labios, (Nombre)-chan — susurró el chico sobre ellos.
— Quítale el chan, anda, que soy tu novia de hace más de un año, no hace falta que seas formal.
— Lo sé, pero es que te queda muy bien — la chica sonrió y apoyó la cabeza en su hombro.
— ¡Oh, por favor! ¡Iros a un jodido hotel de mierda que no quiero ver esta jodida escena de nuevo o vomitaré! — escucharon al rubio explosivo quejarse a un lado de ellos.
— Buenos días, gruñón.
— ¡Te he dicho millones de veces que no me llames así, fea!
— Lo sé, pero no te hago caso — le sacó la lengua, haciendo enfadar más a Bakugo, quién estaba por saltar encima de ella para explotarle la cara, pero Kirishima apareció antes de eso.
— No es de hombres golpear a una mujer.
— Me importa una mierda.
— S-si tocas a mi novia t-te las tendrás que ver conmigo.
— ¿Qué dijiste, nerd? — preguntó desafiante el rubio mientras de sus manos salían alguna que otra pequeña explosión.
El peliverde tragó saliva y lo miró confiado.
— Haces daño a mi novia y te las verás conmigo — no tartamudeó en ningún momento, estaba demasiado serio, pues no pensaba dejar que nadie hiciera daño a la persona que más amaba en el mundo.
(Nombre) estaba sorprendida y sonrojada, debido a que le encantaba ver a su novio así de valiente.
— ¡Tú no eres nadie para decirme lo que tengo que hacer! — le gritó acercándose a él, pero la chica hizo un gesto con la mano, haciendo que saliera una rama de ella y se envolviera en el cuerpo del rubio, inmovilizándolo.
— Tranquilízate un poco, rubia — le sacó la lengua y, antes de que lograra soltarse de sus ataduras, cogió de la mano a su novio y salieron corriendo hacia la habitación de él.
La chica se tiró a la cama riéndose, pero se calló al ver el semblante triste de su novio.
— ¿Qué pasa amor? — se acercó a él y posicionó ambas manos en sus mejillas.
Éste la miró y se mordió el labio.
— Yo podría haberte protegido, no hacía falta que hicieras eso.
— Lo sé, pero no quería que pelearas con él.
— ¿Por qué? ¿Por qué piensas que voy a perder? — su mirada se tornó triste.
— ¡No! Yo pienso que eres más fuerte que él — su semblante cambio de triste a avergonzado. — Si me interpuse entre vosotros dos es porqué... — bajó lentamente una mano por su abdomen, acariciando cada zona por encima de la ropa. — Me pusiste cachonda al protegerme — susurró en su oído para luego morderla y lamerla.
Izuku se sonrojó demasiado al escuchar esas palabras y más al sentir como su novia comenzaba a besarle el cuello.
— Muéstrame ese lado de ti en la cama — la chica le guiñó el ojo para segundos después quitarse la camiseta delante suya, quedando solo en sujetador.
El chico tragó saliva sin dejar de ver sus perfectos pechos y la agarró de la cintura para así besarle con pasión.
— Joder, ahora tenemos que escuchar sus jodidos gemidos de mierda — se quejó Katsuki bastante malhumorado.
— Necesito una novia — soltó de repente Kirishima. — Que Deku tenga y yo no, cuando es él el que tiene problemas para hablar con mujeres... ¿Es que no soy atractivo, Bro?
— Eres feo — soltó el rubio.
— Lo sabía — el semblante del pelirojo se tornó uno deprimente, y más al oír los gritos de placer de (Nombre).
— Joder, ¿Tan bueno es Deku en la cama? — preguntó intrigado Kaminari.
— Eso parece — dijo Sero.
Al día siguiente, cuando la pareja bajo al salón de la residencia, todos los del edificio los miraron. Algunos con caras de picardía, otros sonrojados por la vergüenza de escucharles hacer todo eso, otros con envidia y algunos otros normal, como si no importase.
— ¿Qué pasó? — preguntó (Nombre) confundida.
— ¿La pasasteis bien anoche? — preguntó Ashido con picardía. La pareja se sonrojó demasiado.
— ¿T-tanto ruido hicimos? — preguntó la chica avergonzada.
— Demasiado — admitió Uraraka, quien estaba muy roja de la vergüenza. — Jamás te había oído gritar tanto.
— Ay por dios — (Nombre) escondió su rostro en el pecho de su novio, quien también estaba muy avergonzado.
Después de aquella experiencia aprendieron que debían ser más silenciosos en la cama.
