¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
(Nombre) estaba recogiendo sus cosas de encima de su pupitre cuando sintió unos brazos envolver su cintura por detrás.
— ¿Qué te parece que quedemos esta tarde en tu casa? — susurró el chico en su oreja mientras mordía suavemente el lóbulo de esta.
Ella sonrió y ahogó un gemido en el momento que él bajó sus labios hasta su cuello. Por suerte se habían quedado solos en el aula.
— Me parece bien... Mmm... K-Karma... Aquí no... — se mordió un dedo cuando sintió a su novio morderle el cuello y succionarlo con delicadeza mientras una mano acariciaba uno de sus pechos por encima de la ropa.
— No hay nadie en clase, estamos solos — contestó con voz ronca, sin dejar de prestar atención a su cuello.
La chica solo se dejó llevar, pues era imposible negarse a las muestras de afecto de su novio. Se apoyó en la mesa y dejó que él atendiera su cuello lentamente, mientras iba bajando sus besos por su nuca, hombros, espalda; para luego volver a subir y hacerla girar. La sentó en la mesa y se acercó a ella para comenzar a besar sus labios con pasión.
Se abrazaron durante el beso, juntando sus cuerpos lo máximo posible, sintiendo como el calor aumentaba, hasta que el sonido de la puerta abriéndose hizo que tuvieran que separarse. Miraron hacia la puerta, aún abrazados, encontrándose con un peliazul sonrojado y con los ojos abiertos como platos.
— ¡N-Nagisa! E-esto no es... No es lo que parece... — susurró la chica con un sonrojo enorme en sus mejillas. Menos mal que solo estaban besándose.
— Que va, solo estaba limpiando sus labios con mi lengua — bromeó el pelirojo con una sonrisa de lado en los labios
(Nombre) pegó su hombro, soltando un quejido y mirándola a los ojos, ganándose una mirada avergonzada y amenazadora.
— Y-yo... P-perdón por... por interrumpir...
— N-no pasa nada...
Silencio incómodo... Karma miró a los dos pensativo, hasta que una idea se le pasó por la cabeza. Lo había estado pensando un tiempo desde que habló con su novia sobre ese tema, pero no era hasta ese momento que decidió ponerlo en práctica.
