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Lavaba su cabeza mientras su mente se centraba en recordar a su novio. Se había ido de viaje con su equipo de fútbol hace un mes, pero aún le quedaba otro para volver.
Lo echaba de menos, era extraño no estar juntos por tanto tiempo. Hablaban por videollamada cuando podían, pero no era lo mismo que estar a su lado y poder abrazarlo mientras se contaban todo lo que habían hecho en esa semana.
La espera se le hacía larga, pero solo tenía que aguantar otro mes más.
Se terminó de duchar, así que se tapó con el albornoz y cogió una toalla para secarse el pelo. Estaba caminando hasta la cama cuando escuchó el sonido de una llamada en Skype. Corrió hacia ordenador ilusionada y aceptó la videollamada de su novio.
— Hola, amor — le dijo con una sonrisa, más su chico se quedó embobado mirando su cuerpo.
Tenerla frente a la cámara con solo un albornoz tapando su cuerpo le hizo sentir una corriente que llegó hasta su entrepierna.
— ¿Te pillo duchándote? — habló una vez se tranquilizó.
— No, acabo de terminar, justamente estaba pensando en tí.
— ¿Mientras te duchabas? — preguntó con una sonrisa juguetona.
Su novia rio suavemente y le dedicó una sonrisa mientras se sentaba en la cama con el portátil en frente.
— Siempre pienso en ti, pero si, mientras me duchaba también.
Misugi miró su cuerpo lentamente, pensando en la idea que se le había aparecido en la cabeza. Nunca lo habían hecho, pero parecía ser interesante y morboso.
— ¿Quieres probar algo nuevo?
— ¿El qué?
— Cibersexo — comentó con una sonrisa de lado.
La chica se ruborizó, pero sonrió una vez pensó en la idea. Era interesante y la verdad es que ella había estado necesitada de tener sexo con su pareja. Sabía que eso no iba a ser lo mismo, pero si sería mejor que usar los dedos cuando estaba sola. Él le estaría viendo y eso le excitaba bastante.
— Me parece genial — respondió mientras se mordía el labio con suavidad, acomodándose frente a la cámara para que pudiera ver sus piernas desnudas, pero sin llegar a mostrarle su parte más íntima.
